Festivales

Otros Festivales

Edición Nº 102 Festival Kino Pavasaris 2016
Nueva Europa, Vieja Europa
Edición Nº 101 Bafici 2016 (4)
El Tila: Solo contra todos
Edición Nº 101 Bafici 2016 (3)
No todos rieron
Edición Nº 101 Bafici 2016 (2)
Los exiliados románticos
Edición Nº 101 Bafici 2016 (1)
A la manera de Perrone

Textos relacionados


Cannes 2012 (2)
Resignación y alegría
Edición N° 89

Cannes 2012 (3) Un adiós

La pena estaba en el aire. La ausencia pesaba precisamente porque se sentía la presencia del maestro. La emotiva despedida cinéfila de Raúl Ruiz en Cannes. (Foto: La noche de enfrente)

Por Pamela Biénzobas desde Cannes

La emoción inundó el Teatro Croisette durante el homenaje que se le rindió a Raúl Ruiz la noche del sábado 19 de mayo. En el escenario de la sede de la Quincena de los Realizadores de Cannes se reunieron algunos de los más fieles y cercanos cómplices del cineasta para presentar su película póstuma, La noche de enfrente: Valeria Sarmiento, François Margolin, Christian Vadim y Jorge Arriagada, quien comentó que se había tratado de su 46ª colaboración.

La película relata la historia de Don Celso (Sergio Hernández), un anciano que debe jubilar. Pero más que iniciarse su jubilación, Don Celso, en el fondo, va camino a morir. "Pero no hay apuro", insiste "Quien dice lunes dice martes, quien dice martes dice miércoles, y ya prácticamente terminó la semana y hasta el próximo lunes". Con esas inocentes astucias trata de posponer lo inevitable –en un principio su jubilación–, de engañar al destino evadiéndose en su infancia, distrayéndose con su amigo Jean Giono (Christian Vadim), el autor de El húsar en el tejado, a conversar con sus vecinos en la Pensión Maldita donde vive, a imaginar un crimen, a contar historias… a habitar un universo construido a contracorriente de las clásicas leyes espacio-temporales, como se debe en el mundo de Ruiz.

"Un viejo jubilado que espera su muerte inminente, a medias temida, a medias provocada, se pasea por una ciudad a medias real, a medias soñada. Reviviendo escenas de su infancia, a veces reales, a veces inventada. El film cuenta el paso del ensueño a la pesadilla", describe la sinopsis de La noche de enfrente. La ciudad es Antofagasta, la época, múltiple, desplegándose en la primera mitad del siglo XX. Es que el tiempo se despliega, se desparrama, rueda como bolitas. La pregunta es ¿bolitas de piedra o de vidrio?

Así, Don Celso se entretiene (o intenta burlar la muerte) jugando a las canicas con sus recuerdos, sus evocaciones fantasiosas, los cuentos que cuenta incluso en un programa radial. Celso es un cuentacuentos como Ruiz. Es un hombre de cultura infinitamente extensa y variada y de imaginación inextinguible, al igual que el cineasta. Celso conversaba en su infancia con Beethoven y con Long John Silver, tal como Ruiz conversó a lo largo de su vida y de su obra con los grandes genios de la humanidad.

Don Celso debe morir. No necesariamente como él se imagina que morirá, pero lo hará. Entrará por una alcantarilla que parece el cañón de una pistola como en una apertura de un film de James Bond, y caminará lentamente hacia la luz al final del túnel. Y desaparecerá, como desapareció Ruiz un 19 de agosto, dejando un hueco entre sus amigos, sus discípulos, sus espectadores, en el mundo del cine. Un hueco que la pantalla cubrirá por el espacio de poco menos de dos horas. "La muerte llega y se queda", como dice Don Celso, su último alter ego, en éste, su emotivo testamento cinematográfico.

Este artículo aún no tiene comentarios. Puedes ser el primero en comentar.

Nombre
E-mail (no será publicado)
  (Escriba las letras y números que aparecen en el recuadro).
Código de confirmación
Comentario
 
Buscador
Quiénes Somos | Contáctanos