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Que pena tu boda Esta no es una crítica

El jueves 6 de octubre se estrenó Que pena tu boda. Producida por Sobras y distribuida por BF Distribution, la última película de Nicolás López no tuvo función de prensa. Un hecho poco habitual y que significó que un grupo de críticos adhirieran a una declaración pública oponiéndose a la medida, lo que provocó diversas opiniones entre productores y directores sobre su derecho de hacer o no funciones de prensa. Además el caso mostró varias de las peores prácticas que se haya visto de parte de una productora para "proteger" a su película.

Por Jorge Morales

Pongamos las cosas en orden: los críticos de cine tenemos el privilegio de ver las películas con anticipación al resto de los mortales. Al menos antes de que existieran los DVD's, o las descargas de internet y las películas online (o sea, la piratería en todo su esplendor), era prácticamente imposible ver una película antes de su estreno si no era en un festival o en una función de prensa.

¿Qué es una función de prensa? La exhibición gratuita que hacen los distribuidores a los periodistas especializados y a los críticos de cine de una película que se estrenará en los próximos días o semanas. Generalmente esta exhibición se hace en una pequeña sala con una capacidad a veces inferior a las 30 butacas. Si se trata de una película de alto perfil (digamos una mega producción tipo Harry Potter), la función suele realizarse en alguna sala de un complejo comercial porque son invitados además gente de distintas áreas: marketing, auspiciadores, etc.

Para los distribuidores las funciones de prensa sólo tienen un objetivo comercial. Exhiben el filme para que los diarios, revistas, sitios web, etc. publiciten el estreno. Es decir, den cuenta de la existencia de la película y ojalá de sus "indudables méritos". El problema es que no hay ninguna garantía de "reciprocidad amistosa". Si a los periodistas y críticos no les gusta la película, se da la paradoja que el tiro les salga por la culata. Porque a los distribuidores no les interesa la crítica como ejercicio intelectual sino como un vehículo que les genere audiencia. Por eso nunca veremos en el afiche de una película la sentencia negativa de un crítico (por muy elaborada y brillante que sea) sino sólo citas laudatorias (por muy torpes y absurdas que parezcan).

Que pena tu vida

Ahora bien, no existe un reglamento, ni contracto, no hay artículo constitucional, ni ley de la República que diga que los críticos tenemos el derecho de ver las películas antes, ni existe ningún deber o compromiso de las distribuidoras para mostrarlas. Se trata más bien de un acuerdo tácito del que –tarde o temprano- todos se benefician. Un trato tan viejo que ha determinado, por ejemplo, que los diarios estructuren su pauta de contenidos considerando que sus críticos verán las películas antes del estreno que son, por regla general, los días jueves. En Las Últimas Noticias y La Tercera, las críticas se publican los jueves (el mismo día del estreno). El Wikén –la revista de espectáculos de El Mercurio donde van los comentarios- se publica el viernes, pero aún así su deadline (cierre) es antes del jueves. En La Segunda, los miércoles. Ni hablar de las revistas, cuyos cierres son una o dos semanas antes de su publicación y donde es un "cacho" sincronizar la crítica con el estreno, por lo que es imprescindible ver las películas ojalá con la mayor anticipación posible para estar al día con la cartelera.

Es decir, que los críticos de cine veamos las películas antes, no es porque le caigamos en gracia a los distribuidores: estamos trabajando. Que nuestra pega parezca tan evanescente no significa que no tenga plazos y exigencias. Y por eso, quién mejor debería comprender nuestro oficio son los productores y distribuidores.

Pero la realidad es que nos desprecian. Porque tras los largos esfuerzos técnicos y humanos, tras las inversiones millonarias que implica hacer una película, que venga un miserable papanatas, un "cineasta frustrado", un "amargado", y diga que esa obra –repito: que significó largos esfuerzos técnicos y humanos e inversiones millonarias- es un bodrio, no puede ser. Que más encima lo haga en media página, en un párrafo, en un par de líneas mal articuladas, es un escándalo, una vergüenza y una afrenta a toda la sangre, sudor y lágrimas invertidas.

Sin embargo, esas son las reglas del juego. Y por más tiempo que pase y por más increíble que parezca, todavía los productores y directores se niegan a aceptarlas. Aún a sabiendas que de la misma manera que un crítico puede bajarle los bonos a una película, puede subírselos. "El rol de la crítica depende del tipo de película. En las películas más masivas, la crítica no parece tener una gran influencia, y con mejores o peores críticas, funciona igual. En películas más pequeñas, funciona y de algún modo es decisivo" decía en una antigua entrevista a Mabuse, Fabián Bielinsky, el desaparecido y notable director argentino de Nueve Reinas y El aura.

Aunque la opinión de Bielinsky no sea del todo aplicable a Chile (tenemos ejemplos de sobra de películas pequeñas criticadas elogiosamente y que pasaron sin pena ni gloria), es indudable que una crítica positiva ayuda y una crítica negativa perjudica. Pero, ¿cuál es la magnitud de esa ganancia o pérdida? Es incuantificable.

Los productores de Que pena tu boda, de Nicolás López, sí parecen haber ponderado ese costo y decidieron no hacer la función de prensa de la película, argumentando en privado –hasta ahora pública y oficialmente nadie ha dado las razones de esa determinación- que las críticas negativas habían afectado la recaudación de Que pena tu vida, la cinta anterior de López. Aunque se trató de la segunda película chilena más vista del año pasado –detrás del interesante documental Ojos rojos-, sus creadores acusan que les hubiera ido mejor con críticas menos negativas. O sea, Que pena tu vida, ¿pudo tener más espectadores de haber tenido mejores críticas? No es seguro, pero es probable.

Como no sabemos la magnitud de ese incremento, la decisión de la productora Sobras tiene sentido. Y cómo no es delito ni infracción, tienen derecho a hacerlo, lo hicieron, y lo hicieron mal. A hurtadillas, sin dar explicaciones, sabiendo que su decisión afectaría el trabajo de la prensa, y ocultándose detrás de BF, que se lavó las manos devolviéndoles la pelota y echándoles la culpa del desaguisado. "Es decisión de la productora", decían en BF como si estuvieran hablando de un pariente mañoso.

Pero no bastaba… ¿Por qué no invitar a los críticos que escribieron bien de Que pena tu vida?

 Que pena tu boda

Como descubrió Yenny Cáceres, de Qué pasa, los encargados de prensa de la película manejaban una lista de críticos non gratos. En principio, Yenny había sido invitada a una de las avant premieres de Que pena tu boda, lo que mostraba una increíble prueba de tolerancia de Sobras ya que ella había escrito mal de Que pena tu vida. Pero el mismo día, unas horas antes de la función, fue conminada a autoexcluirse porque… la "descubrieron". ¿Cómo se dieron cuenta del "error"? Los encargados de prensa de la película le confidenciaron a Yenny que estaba en una lista… ¿Productores haciendo listas de "amigos" y "enemigos"? La situación llegó a niveles tan absurdos que, para "enmendar" tamaña falta de respeto, en un magnánimo acto de generosidad le dijeron que podía ir alguien de la revista… mientras no fuera ella, desde luego.

Todo este asunto es vergonzoso y tiene costos. Por lo pronto, obligó a modificar la pauta de los diarios y revistas, un hecho relativamente intrascendente para el lector y espectador, pero que alterará una dinámica de trabajo. Además generará todo tipo de suspicacias sobre las críticas de quienes pudieron ver la película antes y de quienes la vieron después. De la condescendencia de quienes fueron invitados o de la sangre en el ojo de quienes fuimos marginados. Incluso al revés, sería posible que como un modo de demostrar distancia y frío profesionalismo quizás hasta los excluidos hablen mejor de Que pena tu boda. Todas sospechas que probablemente sean infundadas e injustas, pero que son fruto de un ambiente enrarecido.

Hubo varios críticos que minimizaron este conflicto y hasta defendieron la libertad de las distribuidoras de hacer o no las funciones de prensa. Yo creo que estas funciones no son un favor ni una gentileza. Forman parte de una relación laboral que se ha establecido sobre ciertos parámetros. Nadie dice que no pueda modificarse, pero esos cambios no debiesen producirse intermitentemente (una película sí, una película no). Ni menos, como ha sido en este caso, intentando manipular a los medios, discriminando entre unos y otros dependiendo de si han sido halagüeños, indulgentes o lapidarios con sus obras previas.

Quienes firmamos una declaración pública oponiéndonos a la medida, no queríamos dejar pasar por alto la actitud tomada por los productores y distribuidores de la película. Que algo sea legal no significa que sea correcto. Quizás le dimos publicidad gratuita a la película (aunque dudo del lugar común que dice que ninguna publicidad es mala). Pero, ¿cómo podemos discutir sobre la legitimidad o ilegitimidad de esta medida manteniendo oculto este conflicto? Y tampoco era lógico mantenernos en silencio cuando se trata de una práctica que –lo logre o no- busca censurarnos. Claro, no es la censura clásica de prohibirnos "ver" la película sino el "cuándo" podemos verla. Porque es cierto que podemos pagar nuestra entrada –aunque estemos trabajando- y criticar la película después. De hecho, la mayoría seguramente lo hizo. Pero que exista una solución no implica que no se haya intentado bloquear un derecho adquirido, que se haya roto un implícito "pacto de caballeros" y que premeditadamente se entorpeciera nuestro trabajo del modo y en los plazos que manejamos rutinariamente. Y lo peor, generó una discriminación que favoreció a algunos y perjudicó a otros, instaurando una práctica que de consolidarse seguramente acrecentará esa segregación.

Ahora bien, imaginemos la situación inversa, ¿qué pasaría si todos los medios decidieran no escribir más de cine chileno? Y no digo críticas, sino cualquier nota, artículo, entrevista, etc. sobre una película nacional. ¿No sería "legítimo", "legal"? ¿Quién dice que tenemos la obligación o compromiso de escribir de las películas chilenas? Probablemente en el cine chileno sólo gente con el capital publicitario que tiene López se vería favorecida con una medida tan arbitraria. Que los medios tengan la libertad de escribir de lo que se les antoje, no significa que no tengan (o deberían tener) ciertas responsabilidades éticas. Algo similar debería esperarse de los artistas (o de los que se creen artistas), por muy incomprendidos y vapuleados que se sientan. Si los cineastas nos tratan como enemigos, terminaremos siéndolos.

Para darle más curiosidad a esta historia, estuvo la fugaz presencia de López en el Festival de Cine de Valdivia. López llegó al certamen con dos propósitos: mostrar su película (una función sorpresa en todos los sentidos dado el cine que promueve el festival) e irrumpir en el lanzamiento del libro El novísimo cine chileno donde 21 autores deshuesaron a 21 directores jóvenes chilenos. Cuando se abrió el micrófono al público, López preguntó por qué él no estaba incluido en el libro... ¿Cómo se entiende que un director que menosprecia abiertamente a los críticos quiera que esos mismos críticos dediquen su tiempo a analizar sus películas? Desconozco las razones de fondo de por qué López no está en el libro, pero del mismo modo que él se siente con la libertad de hacer lo que le da la gana, no veo cómo tiene el cinismo de pedir explicaciones.

En Las Últimas Noticias, Leopoldo Muñoz calificó "mala" a Que pena tu boda. Aún así en Sobras se las ingeniaron para buscar una cita positiva en su texto.

De la misma manera, es una bajeza que en alguno de los avisos propagandísticos publicados en los diarios de Que pena tu boda, haya una frase "positiva" y fuera de contexto de la crítica negativa que Leopoldo Muñoz publicó excepcionalmente el viernes 7 de octubre en Las Últimas Noticias, con el desafortunado título de Puedes correr pero no escapar que seguramente encendió los ánimos en Sobras. ¿Venganza? ¿Burla? Nada justifica, sin embargo, la manipulación de un texto con propósitos comerciales. Y a todo esto, ¿quién les da el derecho a los directores/productores/distribuidores de poner (o tergiversar sin asco, como en este caso) citas de críticos en sus recuadros publicitarios sin consultarles? Y es que mientras los críticos sean funcionales al negocio, todas las reglas no escritas, todos los acuerdos tácitos, todas las gentilezas son válidas ¿no?

En todo caso, fuera del cálculo porcentual, de un peso más o menos, es probable que lo que acá estuvo realmente en juego fue la vanidad. ¿Quién puede querer que en medio del jolgorio y la autocomplacencia venga a alguien a aguarle la fiesta? Y López, un tipo que inexplicablemente se forjó fama de niño genio, película tras película, crítica tras crítica, es bajado de su pedestal para enrostrarle que tiene una filmografía chabacana y mediocre. Por eso sus ataques siempre lindan en lo personal, en la descalificación grosera y fuera de lugar, porque vienen de un ego herido, que más allá del éxito de público (que ya sabemos que premia indistintamente mierda y maravilla), necesita-quiere-sueña con el reconocimiento de los despreciables especialistas.

Rafael Gumucio decía en el lanzamiento del libro El novísimo cine chileno, que el neoliberalismo ha buscado anular a los "intermediarios". Para efectos del cine, los críticos seríamos los "intermediarios" entre las películas y el público. Para López, que se crió, alimentó y usufructó del sistema, que alguien cuestione su cine, es una molestia que interrumpe el libre tránsito de su película hacia los espectadores y hay que eliminarla. López quiere críticos que sean agentes de ventas, relacionadores públicos y lamebotas. En otras palabras, no quiere críticos. Quiere la aprobación ciega y absoluta, quiere fans. Que nadie tenga el atrevimiento de decirle que metió la pata, que su película es mala.

Por muy trivial que parezca esta polémica ha dejado dos lecciones muy claras y contradictorias: que todos consideran a la crítica y los críticos un oficio amateur, prescindible e inútil; y que pese a todo ese desprecio y ninguneo, a la crítica se le teme. Porque más allá de toda la retórica, diga cómo se diga, lo que ha quedado meridianamente claro es que López se acobardó de mostrar su película a los críticos. Por algo será.

> Emanuel dijo: 24 de Noviembre de 2014 a las 13:09
Que patéticos los comentarios a este artículo, que está muy bueno y transparente.
Como se nota que escribieron los mismos productores y weones a fines a la camada de Nicolás Lopez.
> Luis Villegas dijo: 09 de Enero de 2012 a las 17:55
Me encanta mabuse y como cinéfilo agraedzco sus trabajos crísticos, pero creo que en este debate gana López. Hay películas chilenas a las que los críticos no van, así que tampoco creo que tengan la moral de alegar. Me parece llorón el alegato. Tal vez debieran pagar su entrada como cualquier otro, pues los tiempos han cambiado. los críticos pueden decir lo que quieran y los productores pueden hacer como quieran su estrategia publicitaria, aunque esto incluya saltarse a los críticos. Le están metiendo mucho color.
> Ariel dijo: 27 de Noviembre de 2011 a las 09:37
el mensaje anterior no salio
pero en resumen encuentro grandioso la accion de Lopez
me encanta su cine y se que es cine basura

y creo que los criticos tienen que bajarse del Olimpo, hacer criticas solo al tipo de cine que les gusta, no criticar todo solo porque tiene alta taquilla o es cine chileno

yo y miles no leemos criticas de cine, para que alguien como tu me diga ve a verla o no sin ningun argumento, sino leo porque disfruto leerla, y si el critico es afin a mi gusto y da buenos motivos la vere. p.e. Jamas dejaria ver peliculas de accion o fantasia porque Pasalacua le pone un 3 o 4, su gusto en dichos tipos de cine no me vale un peso, si quiero ver cine franchute lento y de miradas, ahi si la opinion de Pasalacua si me vale

se hacen llamar profesionales y piden respeto, pero no se lo ganan, no critican bien, puras opiniones snob, puros Anton Ego, y creyendo que se dirigen a la Elitte, osea productores, directores, artistas....ustedes criticos se deben exclusivamente a sus lectores, si hacen eso bien, ahi recien son profesionales, si son honestos, consecuentes, si dan valor agregado al criticar, si dan argumentos y lo hacen entretenido. hay magnificos criticos de cine en Chile, y he leido muy buenas criticas en Mabuse

pero creer que pueden criticar de todo, aun cuando saben que ciertos generos los detestan?

mala columna pero sirve para el debate, dejense de llorar si los invitan o no, gananse el derecho a ir gratis, ganenselo siempre valiosos para sus lectores, no decidiendo por ellos, no disfrutando del cine de Polanski y porque Lopez no se parece haciendolo bolsa, si no le gusta el tipo de cine de Lopez NO LO VEA por mucho que su gerente le diga que debe si o si hacerlo, eso no es profesional, es ser un sometido

Vean el manifiesto de SSSM un magnifico sitio de criticas de cine, por gente que ama el cine, que critica solo cosas del genero que ama, y que es muy duro con el critico MENTOLATHUM que ve y critica de todo desde el Olimpo y mas encima lloriquea cuando le ponen los pies en la tierra como les paso.
> Abel Tejo dijo: 11 de Noviembre de 2011 a las 21:04
No creo que el crítico especializado vaya a ver afectado su futuro porque no pueda comentar una película con anticipación.

Recuerden que, lamentablemente para los amantes mas puristas del cine, éste es un negocio. En mayor y menor grado, y en este punto una comedia sobretodo lo es. Y como cualquier negocio se debe "cuidar la inversión".

Horroroso para algunos, indiferente par otros como yo, que comento cine en un sitio web y si no voy a ver una película siempre habrá (n) otra (s) para criticar.

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