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Cine y fútbol I Histórico

Por Jorge Morales

Hace un poco más de un año, cuando la fiebre por Bielsa estaba por desatarse y en un presagio anticipado de lo que vendría ahora con la clasificación frente a Colombia, el 10 de septiembre de 2008 a las 19 horas, Chile goleó al mismo país cafetero 4 goles a 0 en el Estadio Nacional. Algunos comentaristas dijeron que fue un hecho histórico. Aunque estamos acostumbrados a que el manejo de la historia de los periodistas deportivos sea bastante enrevesado –cuadrando cifras como un mago metiendo a fuerza un conejo en un sombrero- al parecer ésta fue una victoria especial. Al menos el siempre circunspecto entrenador trasandino Marcelo Bielsa festejó por primera vez con denodada pasión –ahora lo repetiría con los tantos de Valdivia y Orellana- el gol de Matías Fernández y en la tabla general logramos el mismo puntaje de potencias mundiales como Brasil y la hoy cuestionada Argentina. No soy un fanático demente del fútbol, pero conozco bastante bien las reglas del juego y manejo una pequeña pero aceptable cantidad de datos inútiles de nombres y apodos de jugadores, sus posiciones y equipos. Incluso se me escapó alguna lágrima en un agónico empate justamente de los colombianos –con el Pibe Valderrama e Higuita a la cabeza- ante los alemanes en un mundial. Por eso, aunque no me pinto la cara con los colores de la bandera ni canto gritando la canción nacional con la mano en el corazón –parte de ese chauvinismo nacionalista tan insoportable-, jamás me pierdo los partidos de la selección. O casi.

Porque justamente ese 10 de septiembre de 2008 a las 19 horas en vez de prepararme para ver la victoria chilena ante los colombianos, estaba esperando pacientemente que se iniciara un singular combo cinematográfico. Y digo "combo" porque aparte de asistir a la función de una película, la invitación incluía el show en vivo de En luto, una banda tan increíble como la película que vendría después. Y cuando digo "increíble", es porque no se podía creer.

Vamos por parte. Unos meses atrás antes de asistir a ese espectáculo, deambulando por el centro de Santiago, me topé con una tienda de DVDs –la Librería Goya- donde se podían encontrar una gran cantidad de títulos raros e imprescindibles del cine mundial. Raros como Arrebato de Iván Zulueta (un filme español con reputación maldita) e imprescindibles como Aquí se construye de Ignacio Agüero (que según entiendo jamás ha sido editada en DVD). El enorme catálogo llamado La Calavera Collection incluía de todo, desde filmes clásicos checos hasta alguna cinta de Hollywood que a pocos metros podía verse en pantalla grande en una multisala céntrica. Es decir, el local era un mini palacio de la piratería, pero con ciertos aires de formalidad y refinamiento, ya que cada cinta venía perfectamente emperifollada en una cajita negra con una foto de la película, su título original y en castellano, y la indicación en su reverso de los "derechos reservados" para La Calavera Collection. No es la única tienda establecida de Santiago que vendía DVDs piratas, pero dada la extensión y características del catálogo, era imposible no concluir que detrás de ella había un cinéfilo como instigador. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue que entremedio de varios títulos notables, y en un lugar muy destacado de la vitrina, estaba una película chilena de la que jamás había escuchado hablar: Rachmaninoff.

Conversando con el dueño del local –que además de las películas vendía artículos de oficina, miniaturas plásticas de personajes de animé y revistas sobre la segunda guerra mundial, entre otros cachivaches- me contó que tanto el sello distribuidor La Calavera Collection como esa desconocida película sobre el compositor ruso pertenecían -según él- al director Antonio de Santos. Agregó además la vieja cantinela de cómo ese realizador sin un sólo peso había podido filmar su ópera prima y que incluso la había estrenado en el mismísimo Centro de Extensión de la Universidad Católica. Fueron tantas mis preguntas que el sujeto sospechó que mi interés por el personaje era más bien una estratagema para asirme comercialmente con el catálogo de DVDs y aunque le expliqué que mi curiosidad era eminentemente cinéfila, dudó que tuviera algo que ver con la crítica o prensa cinematográfica "si no sabes quién es Antonio de Santos", afirmó. En eso tenía razón: nunca había oído nombrar a Antonio de Santos. Pese a todo, desistí de llevarme la película (su precio superaba con creces mi ansiedad por verla). Llegando a mi casa, sin embargo, corroboré la veracidad de la presentación en la Católica, fechada en noviembre del 2007. Pero no hubo caso, por más que googleé el nombre de este desconocido cineasta chileno no encontré ni una nota de prensa sobre la película o sobre él.

Invitación para la función de Restos de una culpa

Así pasó el tiempo, hasta que descubro en la programación del Centro de Extensión de la Universidad Católica, que Antonio de Santos volvía al ruedo con su "film-delirio" (así decía la tarjeta de invitación) Restos de una culpa. Naturalmente, me asaltó la curiosidad por descubrir al misterioso director y me preparé anímicamente para el encuentro. Sólo existía un problema: la fecha y hora coincidían con el partido de Chile con Colombia. Al crítico mabusiano y flamante realizador debutante de Debut, Andrés Nazarala, le había contado esta historia y sin dudar un segundo me insistió que fuéramos. Claro, como a Andrés no le interesa el fútbol en lo más mínimo y le daba igual no ver el partido, para él no se trataba de ningún sacrificio. Finalmente, me dejé convencer pensando en una nueva derrota como la ocurrida en la fecha anterior frente a Brasil.

Como decía antes, el espectáculo se iniciaba con la presentación de En Luto, una banda conformada por el mismísimo Antonio de Santos como vocalista y operador de un sintetizador, y con una sensual mujer enfundada apropiadamente en cuero negro que tocaba el violoncelo. En realidad, la expresión exacta sería: torturaba el violoncelo. La chica movía el arco como si estuviera aserruchando un madero provocando los sonidos de un gato estrangulado. Entretanto Antonio de Santos recitaba, con voz profunda –o chillando según la ocasión-, extractos de poemas de Edgar Allan Poe, Georg Trakl y Antonin Artaud. El escenario tenía una muñeca de trapo sin ojos y un viejo televisor encendido que mostraba animaciones y algunas imágenes psicodélicas y sangrientas, pero que por un problema técnico –o la gracia divina- fueron interrumpidas en un par de ocasiones por... ¡la transmisión del partido!

Después de esta larga sesión musical anti climática, con un respetuoso público sin identidad precisa (claramente la mayoría no sabía que estaba haciendo allí), empezó la película. Dirigida, producida, escrita, editada, musicalizada y, obviamente, protagonizada por Antonio de Santos. No hay mucho que decir de ella excepto que es el mismo aburrido espectáculo anterior traducido a cine. Con una fotografía sobreexpuesta y teñida por filtros de distintos colores –especialmente el rojo- corren imágenes mudas de la pareja protagónica recostada en una cama o al lado de una mesa con la música de En Luto y la sempiterna voz en off de Antonio de Santos declamando un "doloroso" e interminable lamento poético por haber asesinado a su mujer, donde se repiten palabras como ultratumba, bestia, podredumbre, etc. Una importante participación le cabe a un señor barbudo que representa al demonio, que se ríe diabólicamente como es de esperar, y que dice los únicos textos en pantalla, algunos no sincronizados ex profesamente con la imagen. También aparecen escenas del clásico film de cine negro Perdición de Billy Wilder alteradas por un efecto ondulatorio. Según los créditos, Restos de una culpa fue filmada en los estudios de Film du Crime y co-producida por un empresa de nombre grandilocuente en inglés, algo así como Opera New York Entertainment, pero, a decir verdad, no se ven muchos dólares invertidos en ninguna parte.

Antonio de Santos es una especie de autoimpuesto poeta-creador-cineasta maldito. Con ese ingenuo desplante de quienes están convencidos que basta decir que se es un artista para justificar que la perplejidad que produce su obra es fruto de su cripticismo y no el vehículo de palabras e imágenes huecas de un ego mal canalizado, que es lo que es. Justamente, la película de Antonio de Santos es la reinvención cinematográfica de una identidad. Como lo es Tarnation, con la enorme diferencia que Jonathan Caouette, en esa reconstrucción audiovisual personal, despliega un modo de ver retrospectivamente su propia vida. En cambio, Restos de una culpa es sólo el disfraz de alguien que ambiciona ser un cineasta, generando una realidad paralela sostenida con productoras fantasmas y una estética en apariencia experimental para evitar explicaciones. Una performance existencial parecida a un niño con capa simulando ser Superman. No quiero decir que Antonio de Santos no se haya esforzado en hacer su película –estoy convencido que hasta el bodrio más impresentable requiere algún grado de esfuerzo- ni que sinceramente esté convencido de la calidad de su trabajo, sino que todos los elementos que rodean su instalación están más cerca de ser una actitud reafirmante sobre lo que él cree sobre sí mismo que sobre lo que quiere o tiene que decir sobre cualquier cosa.

Antonio de Santos explicando su cinta en el DVD

Posteriormente, de manera transversal, seguí topándome con Antonio de Santos. Primero, en febrero de este año, con la noticia de que su supuesto socio de la Librería Goya fue detenido por comercializar DVDs piratas avaluados en 50 millones de pesos. Por lo que percibí, el hombre no estuvo mucho tiempo a la "sombra", ya que unas semanas después lo vi jugando ajedrez con el realizador chileno en su desmantelada tienda de DVDs que cerraría tras unos meses. Y luego, nuevamente, me encontré con su ópera prima Rachmaninoff, esta vez en arriendo en una tienda completamente legal de alquiler de DVDs. No me voy a extender tampoco sobre esta película "del género indie" (como se encarga de precisar el director en los extras del DVD, aportando el dato de que costó la módica suma de 700 dólares), pero digamos que es un antinarrativo biopic del músico, con una serie de viñetas deudoras de los peores videos-artes ochenteros (a modo de ejemplo, una chica toca el violín en topless en un prado). Narrada en off en un idioma creado por el propio Antonio de Santos ("mezcla de varias lenguas" según explica) tiene las mismas carencias –por decirlo de un modo amable- que repetiría en Restos de una culpa.

Conversaba con Andrés Nazarala después de la función de Restos de una culpa, que escribir sobre películas como éstas, que uno a duras penas puede calificar como cine, podía ser un despropósito, en el sentido que editorialmente es perfectamente aceptable pasarlas por alto si sólo se consigna su existencia para despreciarla, considerando sobre todo que su paso por los cines seguramente se inició y terminó ese 10 de septiembre de 2008. Pero es igual que comparar una pichanga de un equipo de tercera que pasa a segunda división frente el triunfo a Colombia y la clasificación de Chile al mundial de Sudáfrica: con sus diferencias, todo es histórico. Porque la historia no se elige, se vive, se mastica, a veces, se recuerda, pero no se puede obviar. Quizás Restos de una culpa no valga mucho, pero durante 52 minutos tuvo a cerca de cuarenta espectadores tratando de entender los delirios reales e imaginarios de Antonio de Santos, mientras millones de chilenos gritaban felices la primera goleada a Colombia en las clasificatorias. Y eso es histórico, aunque usted no lo crea.

> Jorge Morales dijo: 18 de Agosto de 2011 a las 20:28
El ejercicio de la crítica es por esencia un ejercicio de subjetividad. Por lo que la visión negativa que tengo de las películas de Antonio de Santos no es "la" verdad, pero, guste o no, es "mi" verdad. Esa libertad de opinión es totalmente legítima así como también es legítimo estar a favor o en contra de mi posición. Lo que es absurdo es ocupar de argumento la descalificación porque no sea un crítico -según la vara que pone el Sr. Suazo- que aparezca con frecuencia en revistas o programas de televisión (considerando además que este artículo se publica en una revista web especializada en cine que tiene 9 años). En todo caso, para tranquilidad de este lector, aparte de ser crítico y editor en Mabuse, trabajo hace varios años en la revista Caras y en la revista de cine Godard! (Perú), entre otras actividades vinculadas al cine.
> Hector Suazo dijo: 15 de Agosto de 2011 a las 21:15
Soy un público que no está habituado a ningún tipo de cine, sin embargo por esas cosas de la vida un día matando el tiempo pase al cine arte de la universidad Catabólica y, me encontré con el filme Rachmaninoff. No siendo conocedor y mucho menos critico, me parece poco digno las expresiones desfavorable que hace el comentarista, en donde deja ver una posición estudiada en quizás que academia sin trascendencia, sin dar una postura objetiva de la visión que tuvo el autor de la obra. Me parece patético que alguien que se dice critico sin ser un nombre frecuente de las revistas o programas de tv, haga comentarios de lo que todos queremos ver como arte y ver una evolución a nuestras expresiones. Igual se respeta su posición, que solo parece ser eso y, la búsqueda de su espacio.
Después de todo esto tuve el gusto de ver el Dvd de "Amargura" y, me parece muy interesante para comentar.
> Sebastian Sarret Duarte dijo: 30 de Enero de 2011 a las 21:54
Antonio de Santos ahora tiene una página web, para quienes lo conocemos y quienes desean obtener alguna de sus obras se pueden dirigir a la siguiente dirección:

www.antoniodesantos.com

Saludos
> Darién dijo: 10 de Noviembre de 2010 a las 14:11
A este personaje lo conocí siendo muy pequeña, realmente era un personaje para mi siendo tan chica, lo veia casi como un ser de otro planeta jaja y me daba risa lo loco, pero a la vez cuerdo que era cuando hablaba de peliculas y todo eso, me gustaria volver a saber de él.
> Sebastian Sarret Duarte dijo: 04 de Julio de 2010 a las 22:27
Yo conozco a Antonio de Santos, compartí mucho tiempo en el persa BioBio, viendo películas y aprendiendo; sabe muchísimas curiosidades del cine, tambien participó en el programa del canal Más, en un programa matinal; actualmente por lo que he sabido, se encuentra en Londres...

Saludos
> abraham dijo: 17 de Junio de 2010 a las 23:14
Hola !!!
En la calle San Martin con Agustinas hay un video club,ahora no recerdo su nombre, pero fui cliente de ahí justamente por este sello,un día acompañando a dejar una pelicula me encontre con esta selección de peliculas rebuscadas hay varias para ver que estan bien buenas para rescatarlas ya que yo las arrendaba y les sacaba copia ,lasatima no vivir allá ahora... igualme faltarón algunas cosas...
Ojala le sirva a alguien el tips !
Ahhh vi "Amargura" de Antonio de Santos y me gusto. No eh visto sus trabajos anteriores para dar una critica fundamentada de su obra...
> jaime dijo: 11 de Marzo de 2010 a las 10:56
Hola, mi nombre es jaime , era el dueño de la libreria goya y de la calavera collection, primero la coleccion de cine se perdio, se perdieron peliculas unicas, que jamas llegaran a Chile, la fiscalia decidio destruirlas, ya que no tenian licencia, ahora es imposible que se tenga licencia sobre peliculas raras o simplemente europeas, ya que al hacer la gestion , se demuestra poco interes em Europa y de ahi la pelicula te saldra a 20.000 pesos, la tienda la cerre por la crisis, me anticipe y la cerre, igual vendia algo de cine, lo que se puede vender, pero ya no era atractivo. Tambien me da mucha risa a quien pretenda encontrar una joya del cine por un par de lucas o quejarse por el precio, yo vendia a 4900 y 3 x 12.000 mil pesos, es un precio justo, hay que pagar impuestos, un local y los originales no costaban 5 mil pesos,
cualquier pelicula rara original, si la encontrabas te cuesta
4 o 5 veces mas, pero en fin aprendi mucho de cine.
Ahora lo que le paso a la calavera collection fue una mala jugada de video manquehue, que estaba al frente ya que le destrui su local, ya que el catalogo mio era mucho mas interesante, he de decir que video manquehe es el pirata mas grade y perpetuo de Chile, sigue vendiendo cine sin licencia, a precios mucho mas caros ya que antes de la calavera , tenia peliculas de hasta 12.000 mil pesos, todo es pirata, tendra licencia de un 10 % con suerte, ellos siguen vendiendo cine pirata aprovechen ya que en cine original solo podran encontrar locademia de policia y allien v/s depredador ya que asi es nuestro Pais.
Proximamente abrire mi tienda, tal vez en providencia , tengo cine irani, con licencia 5 mil por pelicula mi fono 9-8768850
correo jaime_obex@hotmail.com
> Luis Horta dijo: 07 de Enero de 2010 a las 08:10
Que raro, harta gente lo conoce...y yo también. Siempre me pareció sospechoso eso de vender tan caro las películas que evidentemente eran pirateadas. La gracia del pirateo es que, si no se intercambia, se paga luca.
> Raúl Camargo dijo: 07 de Enero de 2010 a las 03:10
Fui uno de aquellos que asistió a la "histórica" premiere mundial de Rachmaninoff en el Cine UC. De Santos hizo ingreso a la sala luego de una presentación de un grupo de cuerdas. Vestido de negro, con una rosa roja en sus manos, se sentó en un sillón también rojo de imitación terciopelo y comenzó a hablar de su obra, su vida, y sus futuros proyectos en donde ahondaría en la biografía de otro músico clásico para el cual necesitaba de mayor presupuesto. Toda una puesta en escena para prepararnos para el descubrimiento del dialogo artístico entre dos grandes: Rachmaninoff y el propio De Santos, ambos artistas fuera de su tiempo. La película era un compilado de cliches y frases hechas del período romántico, tan pretensiosa que resultaba una cuasi comedia por su grado de irrisoriedad disfrazada de arte. Sin duda De Santos va en camino a ser un cineasta de culto, pero lamentablemente no por las razones que él quisiera ser recordado.
> Angela Severin dijo: 01 de Enero de 2010 a las 19:29
Lamentablemente Antonio ya no tiene su puesto en el Persa. Hay que tratar de buscarlo de alguna manera. La coleccion de peliculas era formidable.
> kjietil waghorn dijo: 13 de Diciembre de 2009 a las 01:53
Le agradeceria mucho a quien sepa donde puedo encontrar quien venda peliculas de la calavera collection pues cuando fui a comprar una pelicula, me encontre con que la tienda ya no estaba... cualquier dato se agradece.

Kjietil Waghorn
> Luis Villegas dijo: 26 de Noviembre de 2009 a las 11:39
Muy buen artículo.
Tb conocí al dueño de la tienda, que es simpático y sabe hartas cosas raras, vendía una edición ultracompleta de Mi Lucha al lado de unos textos extraños de Marx. Me dijeron que ahora tiene un puesto en el persa.
Habrá que estar atento a Antonio de Santos.
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