Columna Semanal

Otras Columnas

02-10-2016 San Sebastián 2016
Palmarés: De dulce y agraz
22-09-2016 Argentino QL vs la crítica
La conjura de los necios 2 o 3 o 4...
05-09-2016 Gene Wilder (1933-2016)
La sonrisa torcida del Dr. Fronkonstin
29-08-2016 Toni Erdmann, de Maren Ade
Abraza un Kukeri
27-08-2016 Debuta Tornamesa Mabuse
Tócala de nuevo, Bruce

SANFIC 2010 La naturaleza humana según Denis

Este martes 17 de agosto se inició la sexta versión del Festival Internacional de Cine de Santiago (SANFIC). De su estupenda y contenida selección –una abordable centena de películas-, destaca la retrospectiva de una figura insigne del cine independiente francés: Claire Denis. La cineasta francesa que inició su carrera como asistente de dirección de connotados realizadores como Costa-Gavras, Jim Jarmush y Wim Wenders, viene desde fines de los años '80 dirigiendo con singular estilo una veintena de filmes que en Chile jamás se han exhibido comercialmente. De las siete cintas presentes en el SANFIC, destacamos, 35 Ruhms y White Material, sus dos últimos trabajos que, por contraste, permiten entender la esencia de su cine.

Por Pamela Biénzobas

La obra de Claire Denis, es tan coherente como diversa. Uno de sus sellos es la exploración de las zonas oscuras de la aparente normalidad; de lo que escapa a las convenciones y presupuestos, de lo que nos lleva a cuestionar las reglas de lo cotidiano. Su mirada sobre la naturaleza humana pareciera definirse por un permanente extrañamiento. O, al contrario, por la aceptación como normal de lo que debiera extrañar.

Claire Denis

No obstante, lejos de repetirse o de insistir en una tesis, Denis es capaz de explorar lo humano con una apertura total, es decir sin juzgar. Así logra construir personajes y situaciones que reflejan todo tipo de maneras de existir. Basta mirar sus dos últimas realizaciones para encontrar dos concepciones notablemente opuestas de la humanidad, entre la alienación de White Material (2009) y la apacible calidez de 35 Rhums (2008).

La siempre tremenda Isabelle Huppert puede habernos acostumbrado a sus interpretaciones de mujeres de roca tratando de contener las grietas que empiezan a avanzar. Su Maria de White Material es nuevamente sólida, asertiva y testaruda. Pero desde el comienzo (en flash forward) queda claro que está en plena crisis: la situación global la sobrepasa. Sus códigos y recursos ya no sirven de nada en este país africano indefinido al borde del colapso político y militar donde tiene el rol de una hacendada.

White Material funciona sobre categorías, manteniendo un nivel de ambigüedad respecto al país, a la situación concreta. Esa ambigüedad también es ambigua en sí. Claire Denis creció en Camerún, y la película está co-escrita junto a la premiada novelista Marie NDiaye, de origen senegalés. Ambas tienen clara consciencia de la mirada europea sobre África, y la abstracción puede leerse como un gesto de humildad para no parecer que están "explicando" una realidad que no les pertenece y a la que no pertenecen realmente. Pero a la vez se siente por momentos como una simplificación, particularmente la presencia de los niños-soldados, que también mantienen un nivel de abstracción dentro de la narración. Son efectivamente presencias, evocadoras tanto para el espectador como para los protagonistas de nociones, ideas –ciertas o erradas-, temores, amenazas, compasión…

White Material

Maria no es, entonces, la única que ya no sabe cuál es su lugar en medio de la alienación; todos tratan, bien o mal, de forjarse un espacio, material, afectivo y de poder, dentro de un caos general. Las relaciones interpersonales se transforman en transacciones, e incluso los afectos tienen que ver con las categorías, con las responsabilidades derivadas de los lazos sociales. La cámara y el montaje participan de esa alienación, y esa misma abstracción puede jugar en contra de la obra, pues, con la frialdad de la filmación, recibimos información que no necesariamente sentimos, por lo que las reacciones de los personajes pueden resultar injustificadas, simplemente porque no hemos podido compartir o comprender sus motivaciones. La extrañeza también se traduce físicamente en las elecciones del casting secundario, pues si Huppert efectivamente da carne a Maria, es difícil aceptar, por ejemplo, la encarnación de Nicolas Duvauchelle como su hijo apenas post-adolescente, aunque esa misma "desencarnación" resulta coherente con sus actos inexplicados.

La mirada de White Material sobre la naturaleza humana es desarmada, quizás más que desesperada. No pareciera tener verdaderos recursos para definirse, a través de la identidad, la propiedad o los lazos. La frialdad del tono tiene que ver con lo factual del relato: somos testigos de una avalancha de acontecimientos que no sólo no podemos comprender claramente, sino que probablemente no tienen explicación. Y como en el cine de Denis no estamos ahí para juzgar, sólo podemos presenciar, ajenos, el enajenamiento.

Al contrario, en 35 Rhums la humanidad está encarnada, viva, palpitante. Podríamos ligarla a categorías (padre, hija, vecinos…) si acaso la acción tuviera un mayor interés representativo. Pero aquí todo es tan concreto, tan tangible, tan vívido, que lo que interesa son esos personajes en particular, esas vidas, esas rutinas y esas dudas y satisfacciones.

35 Rhums

En su simple historia en torno a un viudo a punto de jubilar y su hija veinteañera, Denis explora con una calidez rara en su cine la normalidad de un sistema afectivo totalmente funcional, pero que se enfrenta a un proceso de adaptación: la dupla ya no puede seguir siendo una unidad; es hora de que la joven haga su propia vida, aunque eso signifique dejar solo a su padre. No totalmente solo, pues el pequeño núcleo familiar no está aislado: Joséphine tiene a sus compañeros de universidad; su padre tiene a sus colegas; y los vecinos de su edificio suburbano, particularmente la leal Gabrielle y el desorientado Noe, también forman parte de sus vidas.

Nada es extraordinario en el relato: ni los protagonistas, ni el contexto, ni los eventos. Pero cada momento, cada gesto pareciera trascendente simplemente porque se trata de un trozo de vida, lo que le da un tono casi épico. De ahí la sensación de una permanente emotividad contenida, como si cada personaje fuera un torbellino de humanidad retenido en un cuerpo frágil, sensual, sometido al día a día. El éxito de esa encarnación tiene que ver, por un lado, con el excelente casting (que incluye a dos de los actores recurrentes en los films de Claire Denis, los magnéticos Alex Descas y Grégoire Colin). Pero también con la amabilidad de la cámara de Agnès Godard, que nos invita a entrar, a ver qué acción tiene lugar, y luego sentir cómo la vive el sujeto, filmado con tanto interés como si se tratara de una escena de suspenso. El montaje permite ese tiempo de observación, pero también mantiene ese ritmo suspendido, esa espera indefinida de algo que puede o que quizás tiene que pasar.

Los personajes de 35 Rhums son tan comunes y normales, que la película pareciera ser un canto de sencilla esperanza en la humanidad, común y normal.

35 Rhums
Funciones: Sábado 21 - 22:00hrs. / Domingo 22 - 22:00hrs. [CineHoyts La Reina - Sala 3]

White Material
Funciones: Miércoles 18 - 22:30hrs / Jueves 19 - 19:30hrs. [CineHoyts La Reina - Sala 15]

OTROS FILMES DE CLAIRE DENIS EN SANFIC

BELLA TAREA (Beau travail, 1999)

Por Jorge Morales

"La condición moral rara vez deja de estar de acuerdo con la belleza física" dice Herman Melville en su novela de mar Billy Bud. Según Melville, el "marinero bonito" se gana espontáneamente el respeto de sus pares por su atractivo estético y porte señorial, pero ese favoritismo sería imposible de conciliar sin una condición ética. Basada libremente en Billy Bud, Bella tarea, considerada su obra maestra, describe la tensa relación entre dos legionarios franceses –el soldado raso Sentain y el sargento Galoup- apostados en un yermo territorio africano donde esperan y entrenan para una improbable guerra. Pero la tenue historia –con escasos hechos y casi sin diálogos- no se concentra del todo en ese conflicto, sino en la observación del hombre relacionándose con su especie, donde se desmonta el concepto del macho agresivo, al dejar al desnudo la belleza del cuerpo y las pulsiones eróticas y emocionales que genera. El entrenamiento militar se convierte, entonces, en una danza, en un diálogo corporal de exhibicionismo y voyerismo masculino en sintonía con la obra de Leni Riefenstahl. Los celos del duro y experimentado Galoup por la influencia del novato y guapo Sentain en la tropa y en su superior el comandante Forestier (cargada de evidente atracción homosexual entre los tres y que recuerda a Furyo de Nagisa Oshima) se transforman en un trance moral cuando Galoup castiga desmedidamente a Sentain por un gesto de humanidad. La acción lo condena, y contradictoriamente, lo humaniza, al dejarlo a merced de sus propios instintos y ya no de un código autoritario militar. Una oscura libertad como se ilustra en la notable, insólita y melancólica escena final: la catarsis de un alma torturada.

Funciones: Jueves 19 - 16:00 hrs. / Lunes 23 - 15:30 hrs  [Hoyts La Reina - Sala 14]


Nennette y Boni (1996) Domingo 22 - 22:30hrs. / Lunes 23 - 20:00hrs. [Hoyts La Reina - Sala 14]
Vendredi soir (2002) Viernes 20 - 23:30hrs. Sala 3 / Lunes 23 - 17:30hrs. Sala 4 [Hoyts La Reina]
El intruso (2004) Domingo 22 - 19:45hrs. / Lunes 23 - 22:30hrs. [Hoyts La Reina - Sala 14]
Vers Mathilde (2005) Viernes 20 - 17:30hrs. / Lunes 23 - 19:00hrs. [Hoyts La Reina - Sala 15]

 

Este artículo aún no tiene comentarios. Puedes ser el primero en comentar.

Nombre
E-mail (no será publicado)
  (Escriba las letras y números que aparecen en el recuadro).
Código de confirmación
Comentario
 
Buscador
Quiénes Somos | Contáctanos