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Ben Gazzara "Filmar con John Cassavetes fue siempre un desafío"

A propósito del estreno en Chile de Looking for Palladin, su retorno a un rol protagónico tras varios años participando en papeles pequeños en filmes de corte independiente, conversamos con el legendario actor, estrecho colaborador de John Cassavetes, su gran amigo, con el que filmó tres películas.

Por Andrés Nazarala

En Looking for Palladin (2008), película que se estrenó la semana pasada en el Cine Arte Alameda, Ben Gazzara interpreta a un actor de Hollywood que vive recluido en Guatemala y que es perseguido por un ambicioso agente de la industria, que quiere llevarlo de regreso a una mega producción. Dirigida por Andrzej Krakowski, la cinta no está a la altura del talento del actor fetiche de John Cassavetes, pero tiene el valor de mostrarlo a sus 80 años, en una situación de vida muy similar a la que lleva en la actualidad.

Looking for Palladin

"Vivo la mitad del año en Italia", cuenta Gazzara al teléfono desde Nueva York, su primer hogar, con la misma voz gastada que luce en el filme, pero con la modulación acelerada y brusca que siempre lo ha caracterizado. Como en la película, esta distancia parcial le permite alejarse de la gran industria para comprometerse solamente en proyectos que le parezcan interesantes como este "filme pequeño y encantador", según sus propias palabras.

La presencia del neoyorquino en una película de bajo presupuesto como ésta no es de extrañar. En los últimos años se ha involucrado en proyectos independientes y arriesgados, dándole la espalda a propuestas comerciales. Fue el padre de Vincent Gallo en su ópera prima, Buffalo 66 (1998); abusó de Nicole Kidman en Dogville (2003), de Lars von Trier; fue un empresario del porno en El gran Lebowski (1998), el entrañable delirio de los hermanos Coen y participó en ese cáustico teatro del sarcasmo que es Happiness (1998), de Todd Solondz, como padre de las tres hermanas protagonistas.

"Me interesan las películas innovadoras y arriesgadas. Rechazo muchas invitaciones de Hollywood. Sólo trabajo en lo que me gusta", aclara Gazzara. Su carrera comenzó en las tablas neoyorquinas a comienzos de los 50, continuó luego en la pantalla chica, hasta que en 1957 saltó al cine con un protagónico en la película The strange one. Luego vinieron Anatomía de un crimen (1959), de Otto Preminger, Risate di gioia (1969), de Mario Monicelli (Gazzara, hijo de sicilianos, se reencontró con sus raíces), la bélica The bridge at remagen (1969) y Saint Jack (1979) de Peter Bogdanovich. Entre medio, protagonizó la serie Alma de acero (Run for your life) que tuvo un gran éxito en nuestro país.

Anatomía de un asesinato

"He sabido que en Chile fue un éxito. También lo fue en Argentina. Estuve en Buenos Aires y mucha gente me recordaba por la serie", cuenta. En ella, Gazzara interpretaba a un hombre que, luego de ser diagnosticado con una enfermedad terminal, se dispone a vivir sin límites. "No descansábamos. Hacíamos muchos más capítulos de los que se hacen hoy en día. Además pareciera que hubiésemos filmado alrededor del mundo, cuando la verdad es que toda la serie la hicimos en California".

Pero lo que marcó un antes y un después en la carrera de Gazzara fue su encuentro con John Cassavetes. "Husbands es una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Nunca volveré a trabajar en algo así", opina tajantemente. Y cuenta que en el rodaje nació su amistad con el director.

"Lo extraño muchísimo, especialmente en estos tiempos. Fue un gran amigo y filmar con él siempre fue  un desafío. A John le importaba poco lo técnico. Lo suyo eran los personajes y, como era actor, sabía cómo trabajar con nosotros. Recuerdo que ensayábamos mucho cada escena y de ahí siempre iban saliendo elementos interesantes", rememora.

En Husbands también se consolidó su amistad con Peter Falk, a quien dirigiría más tarde en un par de capítulos de Columbo. "No quiero ver a Peter, porque está muy mal. Sufre de Alzheimer y ya no me reconoce. Es doloroso para mí visitarlo".

The Killing of a Chinese Bookie

Dos películas posteriores The Killing of a Chinese Bookie y Opening Night- consolidarían su relación personal y artística con el cineasta que dejó de existir físicamente en 1989, sumergiendo al actor en una suerte de luto que dura hasta el día de hoy. "Tuve depresión cuando murió. Hasta el día de hoy lo recuerdo siempre", confiesa.

Desde entonces, Gazzara ha homenajeado a Cassavetes, ya sea presentando sus películas en retrospectivas como ofreciendo pequeños guiños a su obra. Así lo hizo al actuar con Gena Rowlands en uno de los cortos de Paris, I love you (2006), que funciona como tributo al padre del cine independiente.

La conversación con Gazzara termina sin que entregue detalles sobre una próxima película que lo tiene motivado ("Siempre que anuncio mis proyectos estos fracasan") ni sobre un guión que John Cassavetes dejó escrito. "Extraño esos tiempos. Soy un melancólico sin remedio", confiesa Gazzara, consciente de que formó parte de una pequeña revolución en la historia del cine.

HARRY, COSMO Y MANNY

John Cassavetes reclutó a Ben Gazzara para Husbands en 1969, después de realizar Faces, su repudio a la industria del cine. Como se trata de una película sobre la amistad, al director le interesó estrechar su lazo con los dos actores que lo acompañarían en el protagónico: Gazzara y Falk. En el filme, estos se reencuentran en el funeral de un amigo e inician un viaje, físico y espiritual, por la ciudad y posteriormente por Europa. Harry, el personaje de Gazzara, se enamora en el viejo continente y decide quedarse. Cassavetes y Falk regresan a Estados Unidos para continuar con sus vidas de hombres casados. Ese final con Cassavetes observando su casa desde afuera deja un sabor extrañamente amargo.

El buen desempeño de Gazzara en Husbands hizo que Cassavetes le diera el protagónico en The Killing of a Chinese Bookie (1976), historia que el director ideó con la ayuda de Martin Scorsese. Aquí, el actor se pone en el traje de Cosmo Vitelli, el administrador de un night club que se mete en problemas con la mafia a raíz de una apuesta. Cuenta el mito que Gazzara no estaba cómodo con su papel hasta que Cassavetes le explicó que la historia funciona como metáfora de la lucha en contra de los que tratan de arruinar los propios sueños, como los que él tenía como director. Así se construyó un thriller intimista que adquiere fuerza en las escenas que muestran la trastienda del club, con toda esa fauna trasnochada que Cassavetes siempre amó.

La última colaboración con Gazzara se dio un año más tarde en Opening Night (1977), cinta hecha a la medida de Gena Rowlands. Ella se roba la película como una actriz que sufre una crisis emocional después de presenciar la muerte de una admiradora. Gazzara es Manny Victor, el director de la obra, en una película que pretende reflexionar sobre el arte de la actuación. Pedro Almodóvar la homenajeó en Todo sobre mi madre.

 

> Mario Ortiz dijo: 31 de Octubre de 2010 a las 12:40
Entiendo ahora lo de la licencia poética. Me siento honrado que hayan tomado en cuenta mi comentario. Gracias a todo el equipo MABUSE por la buena labor que realizan. Saludos.
> Jorge Morales dijo: 25 de Octubre de 2010 a las 21:59
Estimado Mario,
Te agradecemos la corrección de las fechas; efectivamente hubo un error de tipeo que ya corregimos. Sobre lo de "dejó de existir fisícamente", más que una redundancia es una licencia poética del autor porque Cassavetes sigue "vivo" a través de sus películas.
Me parece estupenda tu sugerencia de analizar la filmografía de Cassavetes y quedará en nuestra lista de pendientes.
Saludos.
> Mario Ortiz dijo: 24 de Octubre de 2010 a las 12:52
Asumo que hay un error de tipeo de fechas en la siguiente parte:

-"Su carrera comenzó en las tablas neoyorquinas a comienzos de los 50, continuó luego en la pantalla chica, hasta que en 1969 saltó al cine con un protagónico en la película The strange one (1957)."

Y aquí creo que no es necesario colocar "físicamente" después de "existir". Se entiende claramente el deceso con "dejó de existir".

-"consolidarían su relación personal y artística con el cineasta que dejó de existir físicamente en 1989"

Me gustó la columna. Gazzara es todo un personaje. Sería muy interesante que el autor de este texto u otro dedicará un análisis a la filmografía de Cassavetes.

Muchas gracias por el buen trabajo. ¡Sigan así!
> juan denor dijo: 17 de Octubre de 2010 a las 15:56
buen articulo, esta revista reivindica el cine con la critica, tan entregada por la prensa nacional, que no rompe vinculos personales y a veces comerciales cuando se trata de cine chileno, con esta revista no tendremos "drama".
sigan adelante
> Victor dijo: 14 de Octubre de 2010 a las 19:20
Que buena columna! Que bueno que volvieron!

Saludos
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