Columna Semanal
Otras Columnas
- 02-10-2016 San Sebastián 2016
- Palmarés: De dulce y agraz
- 22-09-2016 Argentino QL vs la crítica
- La conjura de los necios 2 o 3 o 4...
- 05-09-2016 Gene Wilder (1933-2016)
- La sonrisa torcida del Dr. Fronkonstin
- 29-08-2016 Toni Erdmann, de Maren Ade
- Abraza un Kukeri
- 27-08-2016 Debuta Tornamesa Mabuse
- Tócala de nuevo, Bruce
George Harrison: Living in the Material World Jorge, el curioso
Este fin de semana termina el Festival de Documentales Musicales In-Edit, y el sábado se exhibe por última vez uno de sus trabajos imperdibles: el documental de Martin Scorsese sobre George Harrison. En más de tres horas, el gran realizador norteamericano justifica por qué se interesó en el integrante más quitado de bulla de Los Beatles, con fama de callado y tímido, pero cuyo papel en el grupo fue clave para su sobrevivencia y su fin.
Por Andrés Nazarala
Llama la atención que Martin Scorsese haga una película sobre George Harrison, simplemente porque es un director habituado a retratar a "personajes más grandes que la vida" (Howard Hughes, Jesucristo, pronto Sinatra, etc.) y el guitarrista de Los Beatles ha pasado a ser casi un emblema del artista secundario, sometido al talento y los caprichos de esas dos fuerzas antagónicas que eran Lennon y McCartney.
![]() |
George con un grupo de Hare Krishna |
La duda es aclarada a los pocos minutos del inicio de George Harrison: Living in the material world. El director neoyorquino apoya la tesis de que Harrison era el alma de la banda de Liverpool, el encargado de estabilizar un barco que siempre amenazaba con hundirse. Según los testimonios entregados en la cinta, cuando él se aburrió de Los Beatles, el grupo se vino abajo. Dos valiosos documentos –George y Paul discutiendo en un ensayo (extraído de Let it be [1970]) y el guitarrista firmando definitivamente el fin de la agrupación- dan cuenta del hastío de Harrison frente a un proyecto que se había transformado en negocio y presión.
Pero más allá de las elucubraciones, como el hecho de que la viuda de Harrison, Olivia, oficie de productora del filme (lo que hace "sospechar" que esto podría ser también un trabajo por encargo), la labor de Scorsese en el terreno de la música no se ensucia, básicamente porque el personaje calza perfectamente con su universo.
Es que los documentales musicales del director de Taxi Driver centran su mirada en una especie de vecindad musical; un círculo íntimo de artistas que han trabajado estrechamente. La particularidad es que en este pequeño club se han cocinado las grandes revoluciones de la música popular contemporánea. Podríamos decir que Scorsese ha sido astuto al poner su mirada en el Olimpo del Rock and Roll y conseguir un pase libre para deambular por sus salones.
Veamos. El último vals (1978) es el concierto de despedida de The Band en los 70's, la agrupación que acompañó a Bob Dylan desde que éste decidió cambiar la guitarra acústica por la eléctrica en 1966. Eso fue en un show de Manchester que, para muchos, alteró el rumbo de la música popular. Ese momento funciona como eje del documental No Direction Home (2005), en la que el mismo director ahonda en la figura de Dylan.
![]() |
George Harrison (izq.) y Bob Dylan (der.) / The Travelling Wilburys |
Ahora bien, el autor de Blowing in the wind fue una influencia fundamental para dos bandas conectadas entre sí como fueron Los Rolling Stones (retratados por el cineasta neoyorquino en Shine a Light [2008]) y Los Beatles, a tal punto que con George Harrison fundó el supergrupo The Travelling Wilburys (integrado también por Bob Dylan) en los años 80. ¿Qué otra influencia tuvieron todas estas megabandas? El blues, por supuesto, abordado por Scorsese en la serie de televisión The Blues.
No hay duda de que a Scorsese le gustan los dinosaurios, pero su gusto por las grandes bandas también supone un desafío mayor: ¿Se puede decir algo realmente nuevo de estos íconos? El realizador ha demostrado que sí se puede...y en varios niveles.
No Direction Home, por ejemplo, aprovecha la distancia para poner en perspectiva a un Dylan al que nunca habíamos visto en toda su dimensión y Shine a light se ahorra las palabras para decirnos todo a través de un concierto reciente de Los Rolling Stones, filmado en alta fidelidad. Las arrugas, el poder y una energía incombustible son suficientes para que comprendamos la grandeza y la longevidad de los abuelos liderados por Mick Jagger.
Pero ¿cuál es el aporte de George Harrison: Living in the material word? Su condición de biografía emocional. Scorsese narra historias que muchos ya conocíamos, pero aquí son recordadas por sus involucrados, con lágrimas y risas de por medio. La suma de testimonios va componiendo el retrato de un artista entrañable y admirable, no exento de contradicciones. Estas son remarcadas por Scorsese a través del contraste de confesiones. Eric Clapton, por ejemplo, se refiere a su polémico affair con Patty Boyd –la primera mujer de Harrison- y asegura que al guitarrista le dio lo mismo la traición, ya que estaba más conectado con la espiritualidad que con los sucesos de este mundo. La involucrada, en tanto, postula lo contrario: Harrison la habría encontrado junto a Clapton en una fiesta y habría manifestado su enojo, pidiéndole que vuelvan a casa. ¿Verdad? ¿Orgullo de mujer?
En otro momento, Olivia Harrison da cuenta de cómo la obsesión del guitarrista por el "más allá" chocaba con su afición a las mujeres, entre otros detalles contrastantes que son puestos aquí para develar a un personaje complejo.
El documental aborda también la vinculación de Harrison con el hinduismo, su carrera solista, su trabajo como productor cinematográfico (estuvo tras La vida de Brian [1979] de los Monty Python), su vida familiar y, finalmente, la muerte, para la que se había preparado durante mucho tiempo.
![]() |
George Harrison y Ringo Starr |
Llama la atención el hecho de que Los Beatles estén reducidos a un breve período en la vida de Harrison que se muestra en el documental. En estos pasajes, John y Paul se sienten distantes (aunque Paul esté ahí entregando testimonios). No así Ringo que acompañó a George hasta sus últimos días y es el responsable de rematar la cinta con un testimonio estremecedor donde termina con un llanto culposo que trata de revertir con un chiste: "Esto es como una entrevista de Barbara 'Fucking' Walters".
Pero además de entregar testimonios de alta carga emocional, el documental brilla por una construcción lúcida que nunca pierde el rumbo. Notable es cuando Scorsese aborda el sufrido paso de Los Beatles por Hamburgo sin poder obviar la figura de su quinto miembro, Stuart Sutcliffe, quien se enamoró de la fotógrafa alemana Astrid Kircherr. Ella recuerda al amor de su vida, fallecido prematuramente a los 22 años de edad, pero termina hablando de Harrison al analizar una fotografía en la que aparece junto a John en la habitación donde Stuart murió. Lennon ha pasado de la conmoción y la amargura a un sentimiento de paz, provocado por un George que lo reconforta a fuerza de pura energía. Es, sin duda, el gran momento de un documental que a ratos pareciera ser la narración de la vida de un santo. Scorsese nuevamente en los terrenos de la fe.
Ahora bien, está claro que el neoyorquino no tiene la agudeza contemplativa de un Pennebaker o el ingenio lúdico de un Julien Temple. En cambio, posee el gusto por la grandeza y la obsesión por los retratos definitivos, lo que a veces le juega en contra. No es el caso de este documental de construcción periodística que pretender abordar todos los aspectos de la vida de su retratado, ser punto final en la historia del Beatle más introvertido. Lo importante es que, más allá de todo, Scorsese logra lo que muchos no pueden: hacer que terminemos valorando y queriendo a George, como si fuese un músico más completo que Paul McCartney o, mejor aún, un viejo amigo que ya no está.
Este artículo aún no tiene comentarios. Puedes ser el primero en comentar.