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Selección de Cannes 2013 Los trajes nuevos del emperador

Finalmente, con la selección de la Quincena de Realizadores anunciada este martes 23 de abril, concluyeron los anuncios principales de la programación del festival de Cannes y sus secciones paralelas donde destacó especialmente para Chile la presencia de tres producciones de cineastas chilenos. En París, Pamela Biénzobas estuvo en la conferencia de prensa en que el Festival de Cannes anunció su competencia oficial. Un vistazo y reflexión sobre la programación general.

Por Pamela Biénzobas

¿Qué sentido tiene ir a la conferencia de prensa del festival de Cannes en la época de twitter? Sobre todo cuando el propio festival tuitea los anuncios en directo. En verdad, guardando las proporciones, no está lejos de la pregunta de qué sentido tiene ir a un festival, especialmente de cine independiente en que la mayoría de las proyecciones son digitales, en la época de Festivalscope, Cinando y otras plataformas por el estilo. Tiene que ver, finalmente, con el contacto personal, ya sea estar ahí para hacer una pregunta en la conferencia, para ver, conversar e intercambiar miradas con colegas o... para quedarse con un póster. Para muchos también pasa por la oportunidad de lanzar señales inmediatas al mundo vía tweets, comentarios en Facebook y otras formas de expresión que parecieran ser indispensables para "existir". Pero en unos pocos minutos, la "ventaja" de haber estado ahí desaparece, y las voces se alzan simultáneamente desde todo el mundo.

Como sea, una vez más fui a la conferencia, que este año tuvo lugar en el cine UGC Normandie, en los Campos Elíseos. Como el festival de Cannes tiene sus oficinas centrales pero ninguna gran sede en París, el evento siempre se organiza en los salones de un gran hotel u otro espacio amplio. Estoy empezando a escribir muy poco después del anuncio de la Selección oficial, el jueves 18, pero sabiendo que este comentario sólo se terminará y publicará en unos días más, cuando las secciones paralelas hayan hecho sus anuncios (el lunes 22 lo hará la Semana de la Crítica y el martes 23 la Quincena de los Realizadores). Y sabiendo que ya en este instante el ciberespacio está lleno de resúmenes (porque la información completa está disponible para todos aquí; y desde el lunes también aquí, y desde el martes aquí), opiniones y discusiones sobre las presencias y ausencias en la selección.

Tomando distancia de la fiebre de la reacción instantánea, habría que partir por preguntarse qué sentido puede tener fijarse en la selección y sobre todo opinar a priori, cuando no tenemos las obras mismas sino sólo elementos como el (pre)juicio sobre los directores en competencia según lo que sepamos/pensemos/sintamos de sus trabajos anteriores, y datos "estadísticos" sobre autores y películas como origen, género (en sus distintas acepciones), edad, duración, talentos asociados, etc.

Cannes no es, y por suerte no pretende ser, un barómetro del estado del mundo a través del cine ni del estado del cine mundial (bueno, esto último sí en cierta medida). Sí obviamente quiere ser el lugar más selectivo en términos de calidad y sobre todo de prestigio, con todo lo ambiguo que es el concepto. Su posición de poder, asociada al hecho de no ser un evento especializado en ningún sentido, les permite la libertad de enfocarse, al menos en teoría, exclusivamente en esos criterios. Y bien en teoría, pues por debajo intervienen temas complejos de negociaciones con los grandes productores y agentes de ventas que pueden poner sus condiciones y usar el interés por algunos de sus títulos para abrir espacios para otros.

Conferencia de prensa del Festival de Cannes 2013 en París

En la dinámica contraria, y para destacar un aspecto más positivo de lo que la inclusión en Cannes puede significar, no resulta nada sorprendente cuando Thierry Frémaux, el director del festival, comenta, para ilustrar las dificultades a las que se enfrenta el cine en tiempos de crisis financiera mundial, la reacción de muchos productores al recibir la noticia: alivio porque significa que lograrán encontrar los apoyos y los contratos necesarios para terminar el proyecto (pues hoy más que nunca las películas se seleccionan en estado de "borrador", y muchas alcanzan a terminarse justo-justo para su proyección, con los riesgos y dolores de cabeza que eso significa para todos).

La noción del prestigio es un círculo: la presencia en la Selección oficial de Cannes da prestigio al realizador, y la presencia de ciertos nombres es una garantía de prestigio para el festival. Claramente el riesgo es que ese círculo se cierre, creando un mundillo artificial (con sus autores "fijos") que se autoalimenta y sostiene en la medida en que otros festivales no lancen grandes descubrimientos –minando su posición de autoridad-, o que los nombres ya establecidos no produzcan demasiadas decepciones, traicionando su rol de apuesta segura.

La hegemonía de Cannes le permite remediar el primer caso rápidamente. Es el festival que puede decirse tranquilamente "si no lo descubrimos, nos lo apropiamos". Este año el mejor ejemplo es Asghar Farhadi, acogido por la Berlinale con sus últimas películas, y propulsado a la primera fila por el Oso de oro que dio la visibilidad merecida a su maravillosa Una separación (2011). Ahora que su reputación ya está hecha, para el festival francés es una garantía, así es que por primera vez lo incluyeron, directamente en Competencia, con Le passé.

Por lo demás, la nueva película del iraní, producida y rodada en Francia, y hablada en francés, es un buen ejemplo de otro punto cada vez más delicado, como evocó incluso Thierry Frémaux: la nacionalidad de las obras. Difícil hoy hablar en términos concretos en la gran mayoría de los casos, si no se explicitan antes los criterios. Los más comunes suelen ser identificar una producción con él o los países de donde provienen la mayoría del financiamiento, el país natal/de origen y la nacionalidad del cineasta y el lugar de rodaje. El punto es que hoy en día no es excepcional que cada uno de esos puntos tenga varias respuestas, que no necesariamente corresponde(n) a la(s) de los otros puntos...

En todo caso, desde los distintos criterios destaca una fuerte dominación europea, y mayoritariamente francesa, con su buena dosis estadounidense. Si en la lista anunciada en la conferencia (a la que suele agregarse más títulos después) hay algunos directores de origen asiático y africano, concretamente sólo hay dos largometrajes latinoamericanos –mexicanos, ambos-, uno en cada sección principal: Heli, de Amat Escalante, en Competencia oficial, y La jaula de oro de Diego Quemada Díaz en Una cierta mirada. Esta última es por lo demás de las únicas óperas primas anunciadas: media decena en esa misma sección y ninguna en la Competencia.

El verano de los peces voladores, de Marcela Said

Es una evidencia que puede tener mil motivos: este año la Selección oficial de Cannes les deja a las secciones paralelas la tarea de explorar, descubrir y proponer. La Semana de la Crítica –dedicada a primeras y segundas obras– existe precisamente para eso, y la Quincena de Realizadores se caracteriza también por buscar apuestas menos conocidas. Efectivamente, el martes 23 Edouard Waintrop, delegado general de la Quincena y siempre cercano al cine latinoamericano, anunció en la selección de largometrajes a tres realizadores del continente, todos ellos chilenos con cintas rodadas en Chile, El verano de los peces voladores, de Marcela Said, Magic Magic, de Sebastián Silva, ya estrenada en Sundance, y La danza de la realidad, de Alejandro Jodorowsky. Sin embargo, Francia también domina la lista, en detrimento, esta vez, de Asia y –completamente- de África.

Más fácil de verificar pero no más simple de analizar, el tema de género es recurrente e inevitable. Este año, la presencia de una sola mujer (Valeria Bruni-Tedeschi) en Competición oficial lo relanzó inmediatamente. Thierry Fremeaux tiene un discurso bastante claro y lúcido al respecto: Cannes no puede programar con un criterio de discriminación positiva, pero sí tiene que contribuir (aunque sea pasivamente, al ser la fuente de polémicas) a la discusión de fondo. Y es que el problema no es la presencia o ausencia en un festival, sino, mucho más globalmente, la falta de equilibrio en la sociedad que se manifiesta también en las posibilidades de acceder al cine. El hecho de que el paritario comité de selección de largometrajes de la Semana de la crítica no haya programado a ninguna mujer en competencia no hace más que reforzar esa constatación. Y en la Quincena, Marcela Said destacará como una de las pocas mujeres en la selección de largometrajes, junto a la británica Clio Barnard y a la tremenda actriz –y también realizadora- belga Yolande Moreau.

Son datos de mayor o menor valor, que hay que poner en algún contexto para que resulten útiles, y que hablan sobre todo de situaciones a veces anecdóticas y a veces estructurales de la manera en que el cine se hace y se ve a través del mundo, sabiendo que la programación de Cannes (con su Selección oficial y sus secciones paralelas) es apenas la punta de un iceberg que no es representativo de las cinematografías mundiales más productivas. La ansiedad por buscar una interpretación a las listas (aún inconclusas) de películas tiene tan poco sentido como tratar de analizar la industria del cine por las compañías inscritas en el gigantesco Marché du film del festival: sólo da una idea general y a priori, pero lo importante será la actividad y los negocios realmente iniciados o concluidos durante el festival. Asimismo, más allá de una cierto bosquejo demográfico, el listado de títulos y fichas técnicas nada nos dice de las películas mismas, de su interés, de las tendencias que natural o artificialmente pueden dibujarse ni, lo más importante, sobre su calidad.

 

> nochi dijo: 26 de Abril de 2013 a las 07:04
Muy buena nota, que no permite saber un poco más sobre el funcionamiento del festival. En cuanto a la películas chilenas seleccionadas no hay que olvidar que son co-producciones franco chilenas. o franco americano chilenas, no sé en caso de Jodorowsky, pero intuyo que los franceses están también implicados. Lo que en alguna medida significa que el festival privilegia su industria de producción, lo que no deja de ser legitimo. Vale remarcar que esto no mete para nada en cuestión la "calidad" de esta películas, ni la buena trayectoria de los seleccionados. Por otra parte esto me lleva a otra pregunta, ¿ por qué el cine chileno goza ahora de tan buena acogida? ¿ por qué ahora y no antes? Existe sin duda un impresionante desarrollo del cine y el audiovisual en Chile, pero cuales son sus componentes actuales? ´¿Cuales son sus temáticas y sus maneras de producir? Vasto tama...
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