Editorial

Otras Editoriales

Edición Nº 91
El placer de la repetición
Edición Nº 90
Contigo todo es posible
Edición Nº 88 No son todos los que están
Oro y pirita
Edición Nº 85 Aquí se construye y Las horas del verano
No hay más que prisa
Edición Nº 84 De elecciones y películas
Los mejores

El caso de Elena Varela Silencios cómplices

Por Jorge Morales

Después de casi dos meses desde su detención y frente a un silencio generalizado de la prensa, finalmente este domingo 29 de junio en el noticiario central de Chilevisión se reseñó la situación de Elena Varela, realizadora del documental sobre el conflicto mapuche Newen Mapu Che y detenida por su presunta participación en dos asaltos cometidos –según la policía- por ex integrantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Sin prejuzgar la responsabilidad de Varela en los hechos, con imágenes inéditas de una entrevista a la realizadora en prisión (cedida por Jaime Díaz, quién publicó el contenido por escrito en La Nación Domingo), la cineasta pudo defender su inocencia públicamente por primera vez. Este cerco informativo –como lo llamó The Clinic-, apenas soslayado por esfuerzos pequeños pero trascendentes –como el de Gonzalo Maza que en su blog Analízame ha mantenido desde el principio una constante preocupación y estudio del caso-, dimensiona no sólo cómo las redes de ciertos poderes económicos manejan la información desinformándonos, suma además la falta de solidaridad y coraje de los medios periodísticos para asumir como propia una causa que es común para todos: informar.

Rodaje de Newen Mapu Che

Porque más allá de los detalles de su detención –que en la medida que pasa el tiempo se demuestra con mayor claridad que las "pruebas" acusatorias son presunciones infundadas-, la requisición de todo el material audiovisual y de investigación de la directora, sí demuestra de manera flagrante cómo se intenta ocultar –a como dé lugar- todo lo que esté relacionado con la resistencia mapuche frente a las empresas forestales. Por eso el encarcelamiento de Elena Varela no sólo la priva a ella de su libertad sino a nosotros en nuestra libertad de informarnos. Porque este cerco informativo funciona de tres maneras: oculta información, silencia a quienes la divulgan y hace cómplice a los medios para condenar a los que han intentado sortearlo. Lo peor de esto último, es que se practica desafiando la ética profesional: a la rápida, sin conocer a fondo los antecedentes y sin permitir que los acusados tengan la oportunidad de defenderse. ¿Por qué los medios masivos no han investigado el caso? Viéndolo en términos periodísticos, la situación de Elena Varela debería ser "atractiva" para la prensa no oficialista, como excusa, por ejemplo, para cuestionar los fondos de cultura –de la que ella había sido una de las beneficiadas- y teniendo en bandeja las desafortunadas declaraciones del Ministro Secretario General de Gobierno, y la misma presidenta, que, a su manera, cuestionaban el dinero que se le había entregado. Pero, claro, cuando se quiere ocultar la verdad es mucho más efectivo el silencio y la indiferencia que sostener mentiras.

Es impresentable que para investigar sobre lo que ocurre en el sur se corran tantos riesgos. Lamentablemente, estos hechos no son nada excepcionales y hay varios ejemplos similares en el pasado. Si comparamos, esto es homologable a las redes de protección que hubo con Colonia Dignidad y que la mantuvieron en una virtual autonomía territorial. En carta de solidaridad con Varela, el realizador Dauno Tótoro (director de Üxüf Xipay, El Despojo, también referido al conflicto mapuche) explicaba cómo ahora en el rodaje de Nvtram: la palabra y el bosque, un nuevo documental donde profundiza sobre el tema, debió tomar algunas precauciones, como "camuflarse" ocupando credenciales de corresponsales extranjeros y ocultar diariamente sus grabaciones para que el material no fuese requisado. Parece absurdo, pero Varela está presa porque fue demasiado confiada y abierta sobre lo que quería hacer, porque era demasiado independiente para verse enfrentada a presiones fácticas que le impidieran continuar, porque era demasiado desconocida y anónima.

Afiche de la película

Por contraste, el caso de Elena Varela me recuerda la operación mediática sin precedentes que transformó hace unas semanas al director policial de turno en un "general del pueblo". A 72 horas de ocurrido el fatal accidente del general Bernales había pasado de ser el protocolar jefe de carabineros a santo. Puede que este funcionario policial haya tenido algunas condiciones humanas excepcionales que desconozco, pero la atención que se le prestó a su muerte no hablan ni de su especial estatura como dirigente, ni del cariño de la ciudadanía (que ya debe haberlo olvidado), ni de nuestra "necesidad" de tener héroes (como dijo alguien por ahí), habla solamente de una prensa que todavía sigue comprometida ideológicamente con la represión, que genera y etiqueta figuras con una facilidad asombrosa y que, por desgracia, los chilenos compran con la misma avidez. A Bernales sin ninguna razón de peso se le convirtió en héroe como a Elena Varela se le tachó de terrorista. La diferencia es que Bernales es fruto de una afiebrada fantasía mediática y Varela, producto de una prensa temerosa y cómplice con el poder.

Recuerdo que Dauno Tótoro decía en una entrevista que para Üxüf Xipay, El Despojo no postuló a ningún fondo estatal porque le resultaba contradictorio que una película que denunciaba que el Estado chileno se comportaba como un criminal con los mapuches fuera uno de los financistas. Quizás si Elena Varela hubiese podido terminar su película en condiciones normales, mi primera crítica sería justamente esa incongruencia. Pero, al parecer, el Estado está enmendando antes su propio error, castigando con dureza a quién con su dinero quería echarles en cara su indolencia. Lo más curioso de todo, es que si la situación llega a solucionarse para bien –como aparentemente todo indica que ocurrirá- el documental tendrá una difusión mucho mayor a la que hubiese obtenido en el curso normal de distribución y poco importará quien pagó por contar o impedir que saliera a la luz la cruda verdad de un pueblo que ha sufrido –y seguirá sufriendo- muchos más castigos que Elena Varela.

Publicado el 01-07-2008

Este artículo aún no tiene comentarios. Puedes ser el primero en comentar.

Buscador
Quiénes Somos | Contáctanos