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Lisandro Alonso, director de Los Muertos: "El espectador de hoy es bastante avanzado"

Lisandro Alonso

Flamante ganador del SANFIC con Los muertos, favorito de Cannes –donde ha participado dos veces- y de la crítica (FIPRESCI lo ha premiado en Oslo, Viena y Rotterdam), Lisandro Alonso es un cineasta inclasificable, autor de obras que mantienen la capacidad de deslumbrar y desconcertar a la vez. Sebastián Santillán, editor del sitio web argentino especializado en música y cine Velvet Rockmine (www.velvetrockmine.com.ar), lo entrevistó a nombre de Mabuse en Buenos Aires a un par de semanas de obtener el galardón. Esta entrevista exclusiva marca el inicio de futuras colaboraciones entre ambos medios.

Por Sebastián Santillán

Hace unos años, cuando Argentina daba indicios que su derrumbe como sociedad era no sólo inminente sino también inevitable, apareció un cineasta ovni entre la bruma de ese heterogéneo grupo denominado Nuevo Cine Argentino. Como caído de otro planeta, Lisandro Alonso traía bajo el brazo una ópera prima que descolocaba a tal punto que hasta su propio distribuidor dudaba si se trataba realmente de una película.

La Libertad (2001) nos permitía observar un día de la vida de Misael, un hachero pampeano que vivía con lo mínimo, casi aislado de la sociedad. Con una libertad, valga la redundancia, con un registro cercano a lo documental, Alonso mostraba una sensibilidad especial para mirar, para capturar a su protagonista y su mundo, sin la necesidad de hacer preguntas. Ese film, cuyo atrevimiento formal a la vez parecía destinarle una difusión nula, obtuvo una bendición tan sorpresiva como bienvenida: fue seleccionado para competir en la sección Un Certain Regard del festival de Cannes. Si bien no ganó (dicen que estuvo cerca), la presentación en el festival más famoso del mundo le abrió las puertas para poder ser exhibido en latitudes impensadas.

Los muertos

Su siguiente proyecto, Los Muertos (2004), siguió la misma línea, mostrándonos la silenciosa travesía de Argentino Vargas, quien luego de ser liberado de la cárcel busca reencontrarse con su familia. Nuevamente con la bendición de Cannes (estuvo en la Quincena de Realizadores del 2004), el film tuvo también una singular travesía desembarcando ahora último en la primera edición del Santiago Festival Internacional de Cine (SANFIC) donde obtuvo el premio a la mejor película.

Al igual que en sus películas, Alonso tiende a no explayarse demasiado en sus respuestas. Conversó con Mabuse entremedio de uno de sus viajes entre Buenos Aires y la casa de sus padres que viven en el campo.

-¿Qué tal fue la experiencia en el SANFIC?

-Estuvo buena. Lo que más me gustó fue que el resto de las películas en competencia tenían un alto nivel estético y artístico. Me alegró bastante, porque ponía a mi película en una selección en la cual no quedaba descolgada. Al ser bastante particular, no quedaba descolgada al lado de películas que son completamente opuestas, como ser películas comerciales o más convencionales. Estaba al lado de películas que tienen una misma energía y eso está bueno.

-La película fue exhibida en bastantes festivales y obtuvo varios reconocimientos. Ello haría intuir cierta universalidad en ella. Sin embargo se da la paradoja que su acceso comercial a nivel local fue muy limitado. En su estreno, el film fue exhibido en una sola sala.

-Sí, fue una decisión personal, porque la podría haber estrenado en varios multicines, pero el rendimiento a nivel taquilla por copia habría sido inferior. Creo que hay lugares donde en general el espectador va a ver determinado tipo de productos. Si en esos lugares se les muestra otro tipo de productos, creo que no lo van a disfrutar, e incluso pueden llegar a enojarse.

"Más que narrar, prefiero ver qué le pasa al protagonista"

-Da la sensación de que en tus películas te colocas en una posición casi de voyeur, que prefieres ponerte como observador antes que como narrador. ¿Crees que es así?

-Sí, yo más que narrar o dar un punto de vista sobre las cosas, prefiero ir observando que va sucediendo con el protagonista, con el entorno, con la naturaleza. A partir de allí construyo a través del montaje algún tipo de hilo que conecte las escenas, y veo que sucede cuando juntamos una serie de planos en base a lo que voy procesando en mi cabeza.

-¿Cómo es la planificación previa de tus films? Parecieran estar librados a cierta espontaneidad innata.

-Yo viajo al lugar que deseo filmar, descubro que es lo que sucede allí, hago como una guía con la información que obtengo. Luego vuelvo al lugar con un guión mínimo de 10 o 20 páginas, y allí empiezo a conversar con el protagonista y la gente del lugar, para ver que le parece tal o cual escena y cómo vamos haciendo.

-Al ver tus películas también da la sensación que al espectador se le plantean bastantes preguntas sin respuestas, pero sólo respondes los cómo. Cómo vive el hachero, cómo es la vida del ex presidiario, etc. Pero sin embargo, no abordas nunca los por qué, no buscas dar respuestas explicativas.

-A mí me gusta que quede todo abierto, porque veo que suele ser muy habitual el tener que darle una explicación a una imagen o a una situación. Me parece que al ser más abierto, uno puede cubrir más líneas de pensamiento, les da más posibilidades al espectador. De todas formas, yo creo que el espectador de hoy es bastante avanzado, enseguida reconoce indicios, zonas, lugares. Sabe de qué trata y por donde va la historia, no es un espectador primerizo. Hoy por hoy, hay dos o tres tipos de cines. Uno es el cine de Hollywood que ya se sabe por donde pasa. Luego hay otro tipo de cine que tiene otro pensamiento, digamos más activo.

La libertad

-Estudiaste en la Fundación Universidad del Cine (FUC). ¿Tuviste algún choque entre tu formación académica y tu experiencia como cineasta?

-No, de hecho como estudiante me limité a aprender lo que me enseñaban en la universidad. De donde más saqué jugo fue de las películas que me mostraban. Yo entré a la universidad con muy pocas películas vistas, no era un cinéfilo. La universidad me permitió ver las distintas vanguardias y obras emblemáticas, lo que hizo que me identificase más con algunas que con otras.

-Antes de dirigir "La Libertad", entre otras cosas trabajaste como asistente de Nicolás Sarquís en la programación de la emblemática sección Contracampo del Festival de Cine de Mar del Plata. ¿Cómo influyó esa experiencia en tu formación como cineasta?

-A mí me marcó bastante, porque estuve como dos años trabajando allí y descubrí películas con personalidad, que tenían un autor detrás. Descubrí que había una cuestión personal que intentaba salir a la luz mediante imágenes, como una duda personal, o algo que se sentía en el momento. Yo lo que quería era realizar una película que pudiese estar en esa sección.

-¿Es cierto que para poder presentar "La Libertad" en Cannes tuviste que eliminar un plano final, por sugerencia de uno de los programadores del festival?

-Sí, era un plano en el que el protagonista se reía a cámara. Era sólo un guiño. Pero a ellos les parecía que estaba de más, que era un poco riesgoso, que el espectador podía interpretar que se le estaban riendo en la cara, que era una representación lo que estaba haciendo. Pero no era así.

-Visto en retrospectiva, ¿crees que fue una decisión correcta realizar ese cambio?

-Sí, yo creo que sí, porque si no lo quitábamos, la película no hubiese viajado a Cannes, algo que le abrió un montón de caminos.

"Para ir a Cannes, eliminé un plano de La libertad"

-¿Te interesa realizar un tipo de cine más convencional?

-Me interesa seguir indagando que se puede hacer con el cine, que puedo hacer yo con el cine. No creo estar capacitado para plantear algo como, por ejemplo, Nueve Reinas, una película que me gusta mucho. Pero no estoy capacitado, no me sale, si lo intentase me demandaría mucho esfuerzo y seguramente fracasaría en el intento. No es fácil. El hacer una película comercial, pareciera que hay técnicas y puntos seguros, pero la realidad es que es algo muy complicado.

-¿Cuál es tu opinión sobre la situación del llamado Nuevo Cine Argentino?

-El problema es que no sé bien a que se le llama exactamente Nuevo Cine Argentino. Ya no se si están catalogados por la edad de quienes hacen las películas, por lo que sugiere la película o las características que tiene la película. Pero hay gente joven que hace películas de viejos, hay viejos que intentan hacer películas de jóvenes. Del nuevo cine, lo que yo tomo es la actitud que había inicialmente en ciertas películas. Pero me parece que esa actitud se está perdiendo poco a poco, y entonces se está volviendo al viejo cine que había antes.

-¿Estás trabajando en un nuevo proyecto?

-Sí. Se llama Liverpool y transcurrirá en Ushuaia, pero aún no sé bien de qué se tratará.

Publicada el 22/08/2005

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