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Morten Hartz Kaplers, director de AFR 'Copiar y pegar' el mundo en la pantalla

Morten Hartz Kaplers

Con distancia una de las películas más interesantes y de factura más rigurosa de la competencia en Rotterdam fue el falso documental AFR, acerca del supuesto asesinato del Primer Ministro danés Anders Fogh Rasmussen, del cineasta (y protagonista) Morten Hartz Kaplers.

Por Pamela Biénzobas (*)

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* Entrevista original en inglés realizada para el sitio de Fipresci.

La reflexión acerca de los límites entre realidad y ficción, verdad y mentira, honestidad y engaño, destreza y manipulación, han estado en el corazón mismo del cine desde los primeros días. A lo largo de siglo, algunos han llevado esta reflexión hacia los terrenos más interesantes, explorando y provocándonos para pensar y cuestionar aquello en lo que creemos y también la manera en que creemos. Uno de los títulos ganadores de los premios Tiger oficiales, AFR, del cineasta danés Morten Hartz Kaplers, lleva esta idea al extremo, atravesando con esta cuestión una buena cantidad de capas, al proponer una película que en su forma es un falso documental (o mockumentary) impecable, e factura impresionante, pero que no pretende engañar realmente a los espectadores, ya que parte de un hecho consabidamente ficticio: el asesinato del Primer Ministro danés Anders Fogh Rasmussen (vivito y coleando, y todavía en el poder).

Sin embargo, la presencia de figuras reconocibles hablando (supuestamente) sobre él, su muerte y la trágica pasión homosexual que aparentemente llevó a su asesinato (en entrevistas con el realizador, quien simplemente sacó las citas de contexto para servir sus propósitos) lo lleva un paso más allá.

Así, una de las preguntas más punzantes es que si algo tan evidentemente falso es tan perfectamente creíble, ¿entonces cuánto de lo que creemos es puro engaño? Jugando con los clichés de cómo recibimos la información día a día, AFR también está exponiendo y ridiculizando los mecanismos que damos por sentados.

"La película entera es un cliché"

El programa de la película, de cuestionar los peligros de la sociedad, la política y los medios de comunicación de hoy, así como la preocupación del realizador por esto último, inevitablemente evocan la obra del británico Peter Watkins, autor de The War Game, Punishment Park y también del libro Media Crisis. Tal como Watkins, Morten Hartz Kaplers inmediatamente empezó a enfrentar las previsibles pero no por ello menos absurdas reacciones del sistema. Cuando la película se mostró por primera vez en Rotterdam, el torbellino comenzó en Dinamarca. El cineasta empezó a recibir fuertes reacciones "de parlamentarios de derecha a izquierda", e incluso se encontró escribiéndole "una carta al Primer Ministro para pedirle disculpas a nombre de la muy superficial y sensacionalista prensa". Lo chocó el hecho de que "todos empezaran a tener una opinión, aunque nadie lo había visto. ¿Cómo alguien puede tener una opinión sobre algo que no ha visto?"

-¿A quién te diriges primordialmente con esta película?

-Simplemente estaba buscando un público amplio. No me dirigí a ningún grupo objetivo específico. En un principio pensé que era para los daneses, pero que la película también sería interesante por su estructura y dramaturgia para todo el mundo. Y también pensaba en que fuera interesante simplemente como una obra de arte.

Traté de hacerla muy abierta para que todos pudieran verla. Fácilmente pude haber hecho una película que apelara mucho a un público de izquierda. Creo que lo hará, pero traté de abrirla para todos.

-Algunos lo leyeron como un mensaje al Primer Ministro.

-También es eso, creo. Creo que hay muchos mensajes, pero yo no estoy "enviando" ningún mensaje; sólo estoy respondiendo a preguntas. Y creo que algunas tienen una respuesta muy obvia, pero yo no tengo el control sobre eso.

-¿Qué preguntas son esas?

-No son preguntas mías. Es como si sólo hubiese hecho "copy-paste" al mundo para ponerlo en mi película, y algunos de los ejemplos se combinaron para crear cuestiones secundarias que también son interesantes.

-¿De qué aspecto de la película te preocupaste más?

-Esto puede sonar un poco arrogante, pero creo que lo genial de hacer películas, en contraste con el teatro, por ejemplo, es que es posible tener el control en un 90%, así es que es posible preocuparse y concentrarse en todo para conseguir el resultado que uno quiere.

-¿Por qué elegiste esta estructura en particular para esta película?

"Aunque a uno le digan desde el principio que lo que está viendo es mentira, la mente es capaz de apagarse y creer en esa mentira"

-Ése fue el desafío. Cuando empiezo a hacer una película siempre tengo una meta. Sé lo que quiero mostrar. Siempre es una investigación, en mi caso. Trato de investigar la historia o los personajes; trato de investigar de lo que realmente se trata este material, esta forma.

No sabía si realmente iba a funcionar. No lo había visto antes, en esta estructura. Pensé "ésta puede ser la película más aburrida jamás hecha", porque es un largometraje con puras cabezas parlantes. Me gustaba la idea de que tuviera tantas cosas en contra. También los desafíos como si acaso iba a conseguir las entrevistas, o si sería capaz de manipularlos para que dijeran las cosas que los hice decir, e incluso si alguna vez lograría que la película se mostrara.

-¿Qué tipos de reacciones te esperas?

-Todo tipo. Cuando tengo una película en la mesa de dibujo, siempre trabajo con cuatro capas. Está la historia obvia; está la historia filosófica; está mi historia personal, y luego trabajo con lo que no está en el cuadro. De hecho las primeras tres capas son el cincuenta por ciento, y lo que queda fuera de cuadro es el otro cincuenta por ciento. Esto se refiere a todas las historias que se gatillan en las mentes de las personas cuando ven la película.

He recibido tantas reacciones positivas, pero creo que algunas de las mejores son las de mis críticos más duros y de gente que se sintió provocada por la película, y que se me acerca cuatro días después para decirme "no puedo sacarlo de mi cabeza. Mi mente sigue pasándose la película. Es fantástica. La odio pero es fantástica". No es porque quiera provocar a la gente, pero esto significa que hice algo bien, de la manera correcta.

-¿Hasta qué punto quieres que la gente crea que es real?

-Lo que quise mostrar es que aunque a uno le digan desde el principio que lo que está viendo es mentira, la mente es capaz de apagarse y creer en esa mentira si te están manipulando bien. Esto es interesante porque cuando estamos consumiendo los medios periodísticos o documentales, hay mucha gente allá afuera que quiere que creamos lo que ellos llaman verdad. Así es que si el público es capaz de encontrarse en una situación en la que cree en algo que sabe que es mentira, entonces en el día a día es de eso de lo que se está alimentando. La película debiera inspirar una actitud un poco más crítica al leer cosas o creerle a la gente.

-¿Qué rol juegan los clichés en eso?

Hartz Kaplers como Emil, el supuesto asesino de AFR

-La película entera es un cliché. Eso es también lo que la hace graciosa porque muestra lo tontos o lo simples que son los documentales de televisión; tan llenos de clichés, tan superficiales. Y creo que alguna gente no tiene el ojo para eso, porque está pensando en todas las referencias. Pero creo que la gente que no conoce para nada Dinamarca tiene mejor ojo para el cliché, para los conflictos editados: que la gente que al principio es presentada como "los buenos" luego se transforma en "los malos". Esto es un periodismo típico, un periodismo malicioso.

-Me parece que la película funciona incluso independientemente de su relación concreta con la realidad, simplemente al exponer la estructura. ¿Consideraste usar la misma estructura pero con hechos completamente ficticios?

-Para nada. Esto no hubiese sido interesante. Jamás sería lo mismo. Jacques Chirac y gente así haciendo declaraciones… cuando los meto ahí sucede algo realmente interesante, porque tomo su mundo y su realidad, y tomo mi ficción, mis reglas y mi realidad, e intervengo. No veo la película como algún tipo de activismo, pero uno podría elegir verla así, porque creo que no sólo estoy describiendo.

-¿Cuáles fueron tus preocupaciones principales en términos cinematográficos?

Pensé que esto sería algo nuevo, una nueva construcción que no había visto antes. Los mockumentaries siempre esperan para anunciarlo. En las historias narrativas normales, uno lo sabe, simplemente; las reglas están establecidas desde el comienzo. Fue difícil hacer que la película funcionara porque sabes que es una mentira, pero también es una ficción. Entonces, ¿la gente se iría de la sala porque no se compraba la historia? ¿Lograrían involucrarse emocional o intelectualmente? Esto fue un nuevo experimento para mí, y creo que contribuí un poco, o con algo nuevo, al género del mockumentary.

Publicada el 05-04-2007

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