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Edición N° 92

Tomer Almagor, director de 9 Full Moons Vivir y amar en Los Angeles

Tomer Almagor

"9 Full Moons" fue una de las películas más entrañables de la selección 2013 del Festival Internacional de Cine de Seattle. Una tormentosa historia de amor que bebe del cine americano de los 70 y se basa en las propias vivencias de su realizador.

Por Andrés Nazarala

Eso de que las buenas historias están más cerca de lo que pensábamos es un cliché que, en casos como el de 9 Full Moons, resulta edificante. En su primer largometraje, el director israelí radicado en Estados Unidos, Tomer Almagor, decidió contar sus tortuosos primeros nueve meses de relación con la que ahora es su mujer y productora del filme: Gabrielle Smith-Almagor. El resultado es una película íntima, entrañable e intensa que trasciende la naturaleza catártica del ejercicio biográfico y personalista para alcanzar cierta universalidad.

Sin esquivar las convenciones del que podríamos definir como un sub-género, Almagor se impone como un narrador meticuloso y sorpresivo que es capaz incluso de introducir trazos de comedia paródica en medio del drama, sin que la construcción se le venga abajo. Se lo posibilita, de alguna manera, el escenario bipolar donde transcurre la trama: Los Angeles, la ciudad de las posibilidades y las frustraciones; la ciudad que Almagor eligió para desarrollarse como director de cine. Aquí retratada entre las penumbras y el crepúsculo.

El lacónico Lev (Bret Roberts) trabaja de chófer mientras intenta ganarse la vida como músico. Es un tipo serio y reservado cuyo camino se cruza con el de Frankie (Amy Seimetz), una mujer misteriosa y afectada por el alcoholismo que vive prácticamente de noche. Almagor la presenta de la manera más cruda y frontal: tras emborracharse en un club es abusada sexualmente por un conocido que ofrece llevarla a casa.

La cinta irá revelando el pasado de Frankie a medida que Lev se involucra sentimentalmente con ella. Pero la intención aquí no es entrar en psicologismos ni escarbar misterios, sino que mostrar cómo estos personajes opuestos terminan juntos, encontrándose y separándose en las noches de una urbe desolada, entre la (auto)destrucción, el deseo y la crueldad. Como contrapunto, está la historia de una estrella del country, Charlie King Nash (Donal Logue), que intenta grabar su nuevo disco –con Lev como sonidista-, lidiando con un ego monumental y los fantasmas del alcoholismo. "Está un poco basado en Johnny Cash, pero es un personaje ficticio", cuenta Almagor, contento por la cálida recepción que esta crónica de amour fou recibió en Seattle. Fue su primera proyección, antes de ir a recorrer otras latitudes.

Bret Roberts como Lev y Amy Seimetz como Frankie en 9 Full Moons

-La historia parece fluir de manera orgánica. ¿Cómo fue el proceso de escritura, tomando en cuenta también que te basaste en hechos concretos?

-Sí. Está basada en nuestras vidas. Y así es como nos conocimos. Muchos de los eventos ocurrieron. Pero tuve que adaptarlos a la pantalla. Y en verdad éste es el tipo de películas que me gusta ver. Películas que son como pedazos de vida… el cine americano de los 70, por ejemplo. Fue un ejercicio de adaptación, mirando siempre hacia el cine que admiro.

-¿Hubo referentes concretos?

-Bueno, en términos cinematográficos tomé algo de El último tango en París. Especialmente en una escena en la que ellos hablan en la mañana, después de haber festejado. La cámara la toma a ella y a él separadamente. En las escenas que él maneja saqué algunas referencias visuales de Taxi Driver. Y, no sé, realmente me gusta Aki Kaurismaki… y hay algunos momentos lacónicos que se los debo a él. Es una mezcla de elementos.

-¿Y cómo fue el proceso de plasmar algunos momentos oscuros de la vida real en la pantalla?

-La verdad es que nuestra historia afortunadamente tuvo un final feliz. Hubo nueve meses complicados, después nos dejamos de ver por mucho tiempo, nos reencontramos y hoy estamos juntos. Pero fue raro todo el proceso de realización. En la primera proyección me sentí un poco extraño al ver todos esos momentos difíciles, pero en la segunda lloré todo el tiempo. No fue un show. Me afectó de verdad. Reconocía todo lo que veía… aunque diría que en la realidad fue todo mucho más extremo.

La gran Amy

Sin desmerecer el trabajo de cada uno de los involucrados en el film –incluyendo al gran Harry Dean Stanton, que hace un cameo-, es Amy Seimetz quien carga con el mayor peso dramático. Suerte de princesa del cine indie, ya había recibido elogios por películas como Alexander the Last -dirigida por Joe Swanberg y producida por Noah Bambauch- y Tiny Furniture, comedia de Lena Dunham realizada antes del fenómeno Girls. Aquí brilla como una joven emocionalmente dañada, entre las mujeres imposibles de Woody Allen y la Gena Rowlands de John Cassavetes.

"Tiendo a amar a las mujeres locas, y me refiero a locas en el sentido más entrañable", admitió la actriz al sitio Another Rainy Saturday a propósito de su papel en 9 Full Moons. "Lo que es interesante es que Frankie está llena de tanto amor por Lev y está luchando contra su antiguo yo, que es la persona que es atractiva y loca y divertida y enigmática, que para tener este amor estable, y retribuirle al otro, necesita echarse un vistazo a sí misma y solucionar algunas cosas".

Donald Logue como Charlie King Nash

"Llegué a Amy gracias a Bret Roberts", cuenta Almagor. "Fue la primera persona que conocí en un festival de cine. Yo estaba muy frustrado porque no podía hacer algo mayor. Y conversamos sobre la posibilidad de trabajar juntos. Tres meses después lo llamé y me dijo 'empieza a escribir y veamos qué sale'. Así que empecé a mandarle algunas páginas. A él le gustó. Tres semanas después teníamos el guión. El me dijo que conocía a una chica ideal para el papel. Había trabajado con ella en una película llamada The Off Hours, que estuvo en Sundance. Me mandó una foto de Amy, sacada de su perfil de Facebook. Y me encantó".

-¿Y cómo completaste el elenco? Se podría decir que esta es una película muy basada en las actuaciones.

-El proceso de casting fue muy orgánico. Después de tener a la dupla protagónica, convocamos a un casting normal. Debo reconocer que el personaje de Charlie King Nash fue difícil de encontrar. Llegué a Donal Logue a través de su agente.

-El protagonista trata de ganarse la vida como músico y uno de los personajes más llamativos del film es una estrella del country en decadencia. ¿Por qué decidiste ambientar la película en el mundo de la música y no en el del cine?

-Creo que, como muchos cineastas, soy un músico en el clóset. Siempre quise ser músico, pero he tenido el sueño recurrente de que estoy sobre el escenario, soy el líder de una banda, y lo hago pésimo. No puedo evitarlo.

Como toda película realizada fuera de la gran industria –y lejos de la manoseada chapa de "cine independiente"-, 9 Full Moons está en busca de distribución. En julio fue proyectada en Los Angeles, dentro de un programa para nuevos directores. Y en octubre formará parte del festival Raindance en Londres.

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