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Phantom

El Phantom "chileno" de Murnau El regreso del hombre que olvidó a su madre

Este 26 de octubre, en conmemoración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, la Cineteca Nacional de Chile estrenó una nueva copia de Phantom (1922) de F.W. Murnau. El sorprendente hallazgo y restauración de este melodrama del maestro alemán fue realizado por la misma Cineteca en estrecha colaboración con la Filmoteca Española. Se trata, nada menos, que del rescate de la única copia original existente en el mundo.

Por Christian Maldonado

En estos tiempos, ver en una sala de cine la exhibición de una vieja película muda con música interpretada en vivo, a la antigua usanza de su época, más que una excentricidad es un verdadero privilegio. Mejor aún, si la película en cuestión es un film del maestro alemán F.W. Murnau que hasta hace pocos años atrás se encontraba mundialmente perdida, la ocasión es más que significativa: es una celebración.

Phantom, rodada en pleno apogeo del expresionismo alemán y estrenada originalmente en 1922, estuvo desaparecida por casi 80 años hasta que en 2002 se encontró en Moscú un negativo original de la versión europea que fue recuperado por la Fundación Murnau de Alemania. Luego, en 2005, tras un dificultoso trabajo de reconstitución a partir de este viejo negativo encontrado, se reestrenó la película, lo que significó un suceso importante para la memoria histórica del cine mundial por lo que fue prontamente editada en formato DVD en Europa y Estados Unidos.

Sin embargo, la versión de Phantom que la Cineteca chilena acaba de estrenar (más bien reestrenar con 85 años de desfase) transita por un carril paralelo. A fines de los años 20, llega a los cines de Iquique –que en aquel entonces vivía un apogeo económico producto de la explotación del salitre natural (lo que convertía a la ciudad nortina en una estación privilegiada del circuito cinematográfico chileno)-, una copia de Phantom, ridículamente titulada como El hombre que olvidó a su madre que fue el nombre asignado desde su origen para su comercialización en Latinoamérica. Como muchas películas alemanas de la época, Phantom fue distribuida en Chile por Guillermo Pajkuric, un hombre nacido en las salitreras quien, deslumbrado por el cine desde niño, terminó trabajando como "cojo" y distribuidor, particularmente en el Cine Imperio de Iquique.

Fotograma con el título latino de Phantom
(gentileza de la Cineteca Nacional de Chile)

Casi un siglo después, en julio de 2007, un descendiente de la familia Pajkuric se acerca a la Cineteca Nacional para hacer entrega de un montón de latas viejas y oxidadas de una película sin identificación alguna. La donación consistía específicamente en 14 rollos de película en 35mm de material de nitrato. Para sorpresa de Gabriel Cea, encargado del archivo de la Cineteca Nacional de Chile, el material se encontraba en muy buenas condiciones a pesar de haber estado guardado sin ninguna protección en el closet de una casa por cerca de 90 años. Pero la sorpresa fue mayor cuando tras de dos semanas de investigación, Cea descubre lo que tenía entre manos: de los 14 rollos, 9 pertenecían a la película Phantom, en su versión íntegra, conservando incluso los teñidos de color originales y sus rótulos en castellano. Los 5 rollos restantes correspondían a otro hallazgo importante: una copia incompleta de Algol: Tragödie der Macht, una cinta de ciencia ficción de 1920 del alemán Hans Werckmeister, protagonizada por el gran Emil Jannings, cuya trama contempla a un ser extraterrestre que entrega superpoderes a un humano para poder dominar el mundo. Se dice que Algol... fue nada menos que la inspiración para que Thea von Harbou concibiese la célebre Metropolis (1927) de Fritz Lang. En su investigación, Cea también descubrió que la copia de Phantom tuvo un estreno previo en Iquique en 1926, ya que el estreno oficial se realizó en la misma ciudad pero en 1928.

No obstante, Gabriel Cea recién tomó verdadera conciencia de la magnitud mundial del hallazgo cuando, un par de meses después, en el Festival de Cine Recobrado de Valparaíso, toma contacto con Camille Blot-Wellens, una archivista francesa que trabajó para la Fundación Murnau en el proceso de recuperación del negativo europeo de Phantom. Cea se entera que tras haber rastreado todos los archivos y cinetecas del mundo, los europeos nunca lograron encontrar siquiera un rastro de alguna copia de Phantom. Por lo tanto, la única copia original de la película existente en el mundo, es la que está en nuestra cineteca. Como dijimos antes, se trata de una versión que está completa, en muy buen estado de conservación y, algo muy importante, contiene los teñidos de colores originales realizados en Alemania, información que no estaba presente en el negativo europeo encontrado en Moscú en 2002. Luego de la emoción causada por este descubrimiento, Cea continúo trabajando en la copia de Phantom y gestionó la colaboración con Luciano Berriatúa, quien es el más importante restaurador e investigador de la obra de Murnau a nivel mundial, lo que finalmente se tradujo en un convenio con la Filmoteca Española para restaurar el film, ya que la complejidad del trabajo y sus altos costos eran imposibles de ser absorbidos por la Cineteca Nacional. La restauración duró tres años, finalizando en octubre de 2010.

La misma toma pero filmada con dos ángulos de cámara "ligeramente" distintos de una copia alemana (izq.) y de la copia chilena (der.).
Nótese que el encuadre de la versión chilena es más interesante y rico en grises que su "gemela" germana (gentileza Cineteca Nacional de Chile).

En el sistema industrial de producción de la UFA, la más grande productora de cine de Berlín durante la época muda, cuando se rodaba una película, era común que se filmaran varios negativos a la vez por medio de distintas cámaras dispuestas más o menos en la misma posición con (supuestamente) pocas diferencias de ángulos y óptica. La cámara principal lograba el negativo que se imprimía para la distribución y consumo interno alemán. Las cámaras secundarias lograban negativos alternativos para copias de exportación a otros lugares del mundo como Latinoamérica. Así se agregaban rótulos en inglés, francés, ruso, italiano o español, dependiendo del país al que se distribuía el filme. Si bien los diversos negativos son parecidos, no son exactamente iguales. Las diferencias de ángulo y encuadre en el fotograma pueden ser significativas, lo que sólo se puede advertir hasta cotejar las distintas versiones. Incluso muchas veces estas diferencias afectan el metraje, ya que, utilizando un criterio que hoy nos es difícil de dilucidar, se suprimían ciertas escenas en algunas copias y en otras no. A este respecto, el caso más emblemático es Fausto (1926), obra capital del mismísimo F.W. Murnau, del cual se han llegado a encontrar hasta cinco negativos distintos. Este procedimiento de filmar varios negativos le permitía a la UFA tener resguardos por si alguno de estos se llegaba a deteriorar o destruir como era habitual que sucediese al realizarle sucesivas copias. Asimismo, esta política de distribución y colonización cultural implicaba también que se inventaran títulos distintos para las distintas áreas geográficas de exportación, títulos que muchas veces no tenían nada que ver con el asunto central de la película. Por ejemplo, el título que se asignó a Phantom en España fue El beso de la fama. Pero para constatar que la pésima reputación española en la retitulación de las películas es una tradición de larguísima data, los distribuidores hispanos cambiaron el título por El nuevo Fantomas, una espuria estrategia comercial para colgarse del célebre criminal psicópata literario-cinematográfico francés Fantômas, que protagonizara una serie de cinco exitosas películas, dirigidas por Louis Feuillade, entre 1913 y 1915.

La copia "iquiqueña" ciertamente corresponde a un negativo destinado a Latinoamérica, con los títulos e intertítulos originales en castellano –con varias faltas de ortografía y de redacción, por cierto- elaborados en su origen. El trabajo de la Cineteca Nacional y la Filmoteca Española contempló, entre muchas soluciones, restaurar algunos intertítulos perdidos y los filtros de colores. La función de éstos últimos era, principalmente, diferenciar las escenas diurnas de las nocturnas, las interiores de las exteriores, resaltar algunos decorados y destacar expresivamente algunas situaciones dramáticas importantes. Por ejemplo, se solía usar el color azul para teñir las escenas correspondientes a exteriores nocturnos y el color violeta para las escenas dramáticas.

Fotogramas originales coloreados de la copia chilena de Phantom. Los colores utilizados fueron el rojo, amarillo, rosa, naranja, violeta, azul y blanco y negro.
(gentileza Cineteca Nacional de Chile)

Phantom fue realizada por Murnau inmediatamente después de Nosferatu, y puede confundir por su título haciendo pensar que se trata de una película con argumento de características fantásticas. Sin embargo, el guión de la mismísima Thea Von Harbou, basado en una novela del Premio Nobel de Literatura alemán de 1912 Gerhard Hauptmann, es un melodrama sobre Lorenz, un ingenuo y humilde funcionario público con aspiraciones literarias y poéticas, que se enamora perdidamente de Veronika, una joven de clase alta que se le aparece de manera casi mágica, conduciendo un carruaje blanco, y que el chico apenas conoce. El título original hace referencia más bien a las ensoñaciones del protagonista, a sus fantasmas internos que emergen en situaciones de fuerte expresividad emocional las que Murnau filma con el lirismo que le es característico. El nombre también alude al hecho de que el protagonista termina satisfaciendo de manera patética su deseo de conquistar a la mujer, involucrándose con una chica vulgar y arribista, pero que físicamente es idéntica a su idolatrada Veronika. De esta forma se expresa el juego de dualidad, el clásico arquetipo del doble, ya que Lorenz termina perdiendo la cabeza y entregándose al deseo por una chica que en realidad es sólo un mero reflejo de la original, la encarnación posible y tosca de la auténtica, una figura inalcanzable, un sueño, una imagen, un fantasma. En su aventura romántica por tratar de alcanzar lo imposible, Lorenz cae en un descenso moral, extravía su candidez y se entrega a la locura, relegando su trabajo, sus amistades, su hogar y a su madre, una anciana que enferma gravemente. De ahí entonces el título asignado para el matriarcal público latino (El hombre que olvidó a su madre), aunque en el argumento general, ésta sea una trama claramente secundaria. Inevitablemente, Phantom recuerda a Vertigo (1958), la obra maestra de Alfred Hitchcock, en la cual un atribulado James Stewart cae rendido frente a la misteriosa belleza de una distinguida mujer, obsesión que lo conduce a un espiral de desgracia hasta que intenta reemplazarla tras su supuesta muerte con una ordinaria chica idéntica a su amada. La similitud es tan notoria que es más que probable que Hitchcock -confeso admirador de Murnau- haya tenido consciente o inconscientemente a Phantom como referencia.

Anuncio publicado en La Patria de Iquique el viernes18 de junio de 1926
(gentileza Cineteca Nacional de Chile)

Lorenz, encarnado por la estrella de cine Alfred Abel, quien fuera posteriormente protagonista de Metropolis de Fritz Lang, y tuviera un rol secundario en Dr. Mabuse (1922), representa el espíritu romántico que caracteriza la cultura alemana de fines del siglo XIX y comienzos del XX.

Su longitud de nueve rollos, que en la práctica divide el filme en nueve actos, es singular para una película muda. En su afán novelesco, Phantom tiene una duración inusual de aproximadamente 120 minutos. El dominio narrativo de Murnau es el que consigue que su larga extensión mantenga el interés del espectador. Pero, sin duda, donde el talento de Murnau logra mayor despliegue es en las escenas expresionistas que ilustran la sicología e interioridad de Lorenz. Aquella escena en la cual los edificios se desplazan y amenazan venirse encima sobre el afligido protagonista resulta efectiva y fascinante aún en estos días y, sin duda, fue el origen de un recurso expresivo que se ha venido repitiendo hasta hoy.

Afiche original de Algol: Tragödie der Macht

La proyección de Phantom este 26 de octubre en la Cineteca Nacional contó con un complemento de lujo: la participación del alemán Gunther Buchwald. Gracias a la colaboración del Goethe Institut, Buchwald, un especialista en la musicalización de películas mudas alemanas (y en particular de la filmografía de Murnau), acompañó en vivo, tocando piano y violín al mismo tiempo, las desventuras del desdichado Lorenz.

Finalmente, no nos olvidemos del film Algol: Tragödie der Macht, cuya restauración se está trabajando en colaboración con el Museo del Cine de Munich y el Goethe Institut. La copia entregada a la Cineteca Nacional, aunque incompleta, también es única en el mundo. Los negativos originales se encuentran en un archivo de Moscú, y los alemanes tienen una copia en blanco y negro de mala calidad y sin teñidos, pero completa. Ahora, gracias a esta colaboración, se tiene una versión definitiva a partir de los cinco rollos encontrados en Chile. La Cineteca Nacional está planeando un estreno con música en vivo para enero de 2012. Las sorpresas continúan.

> Patricia dijo: 26 de Abril de 2016 a las 16:34
Me agradó bastante leer el artículo, saber que hay quiénes aún se preocupan por este tipo de restauraciones, saber que hay gente tan solidaria y muy considerada con el arte como para donar voluntariamente las latas con películas aún sin saber qué contenían. Sólo quiero felicitar a quienes originalmente hicieron posible que se tuviera la oportunidad de restaurar estas cintas, a la Familia Pajkuric. Me gustaría ver esta película, tener acceso a ella también en provincias lejos de nuestra Región Metropolitana. Gracias.
> Marco dijo: 12 de Mayo de 2014 a las 00:57
Excelente relato del proceso de rescate de PHANTOM, el rescate del patrimonio fílmico, ya sea, de películas nacionales como de otros países, es un proceso fundamental en la construcción de un acervo cultural de una real densidad, tanto o igual de necesaria que la producción fílmica del día a día.
> Christian Maldonado dijo: 02 de Enero de 2013 a las 17:26
Samuel:
Para hacer efectiva tu petición, debes contactarte directamente con Gabriel Cea de la Cineteca Nacional del Centro Cultural Palacio de La Moneda.
Saludos.
> samuel pajkuric angulo dijo: 13 de Febrero de 2012 a las 01:11
he visto lo comentario ,sobre la restuaracion de la pelicula que dono,regalo mi tio guillermo pajkuric.ya que pienso nadien de la familia tenia idea sobre la pelicula ,me entere por la red ,les pido si es posible y por favor mandarme un copiode pelicula para tenerla como recuerdo para la familia pajkuric.de antes manos muchas gracias.
> Les Maxwell dijo: 04 de Diciembre de 2011 a las 02:26
Christian: Excelente artículo escrito con el cuidado y la rigurosidad que acostumbras. Parabienes!
> Jaime dijo: 24 de Noviembre de 2011 a las 14:50
Felicitaciones a Mabuse por este espacio dedicado al cine, el
cual incentiva a las personas a interesarse por este apasionante arte. Además,felicitaciones a Cristian por este artículo tan bien desarrollado, que además de relatar el hallazgo integra información estética e histórica del cine,
lo que hace aún más interesante su lectura.
Este hallazgo demuestra que existe en nuestro país el interés, el aporte y el compromiso con el cine mundial.
Agradezco la preocupación por transmitir este tipo de información de excelente calidad, hacen falta en nuestro país medios que nos instruyan de esta manera sobre lo que ha sucedido en cuanto a cine, y no solo lo que ha sucedido, también lo que sucede y esta por suceder.
> Gonzalo Cáceres dijo: 19 de Noviembre de 2011 a las 01:45
Muy buen artículo en su exposición, y además muy bien documentado. Conocer el trabajo de rescate de un material tan valioso en Chile, es digno de elogios. Como neófito en el cine, debo decir que me son muy útiles las relaciones de la obra y del director con su contexto, y también la relación con otras producciones de la época y las posibles influencias en producciones posteriores.
> Carolina Olmedo (Centro de Documentación de las Artes Visuales) dijo: 15 de Noviembre de 2011 a las 14:59
Mis felicitaciones al equipo completo de la Cineteca Nacional de Chile, y en particular a Gabriel: tengo la fortuna de seguir muy de cerca el enorme trabajo de investigación y conservación realizado por esta institución, la cual se toma con enorme profesionalismo y responsabilidad la tarea de responder de manera oportuna a la confianza que muchas familias depositan en ellos al entregar su herencia audiovisual.

Esperando no ser tomada por chovinista, siento verdadera emoción al saber que hay en nuestro país personas que -pese a todos los inconvenientes que hay en Chile acerca de la difusión y financiamiento de esta tarea- intentan todo lo posible por rescatar un patrimonio de primer nivel para las cinematografía mundial. Espero de todo corazón que esta enorme y alegre noticia ayude a difundir en Latinoamérica y el mundo el importante trabajo que la Cineteca Nacional realiza día a día con gran esfuerzo, incluso muchas veces en combate contra el desconocimiento y desinterés de las propias instituciones chilenas.

Es necesario felicitarlos una vez más por contribuir a través de este trabajo a múltiples generaciones de investigadores que ahora podrán reescribir de manera más documentada acerca de la obra de Murnau y la cinematografía a la cual representa, así como a una generación completa de espectadores alrededor del mundo que podrán deleitarse con su obra una vez más.

Saber de descubrimientos como éste sólo nos hace sentir un orgullo enorme de compartir un equipo de trabajo con ustedes, y nos inspira a seguir la importante labor de difundir el patrimonio audiovisual que tenemos con nuestro país y el mundo.
> María Fernanda Stang dijo: 14 de Noviembre de 2011 a las 14:53
Interesante el artículo. No soy cinéfila, y por ende puede que lo que me resulte más llamativo no sea lo que se leería desde esa lógica, pero la observación sobre las titulaciones de las películas en otros idiomas y el colonialismo me pareció notable. Sé que no es el tema central del artículo, y me conmueve el hallazgo histórico, por supuesto.
> Alejandra Fritis dijo: 13 de Noviembre de 2011 a las 01:42
Mis felicitaciones y agradecimiento a Gabriel Cea, gestor de este maravilloso hallazgo y proceso de restauración, a Cristian Maldonado por tan riguroso artículo y a Mabuse por su excelente nivel de publicaciones. Cristian expresa con claridad y destreza los valores de este acontecimiento cinematográfico. A partir de este relato me parece importante reflexionar sobre la conexión que nuestro país tuvo con el cine europeo y mundial en una época tan remota, con todas las limitaciones técnicas y logísticas de entonces, este hecho también nos entrega información sobre un momento histórico de nuestro país y sus hábitos de consumo cultural, tan diferentes a los actuales.
> Luis Horta dijo: 12 de Noviembre de 2011 a las 18:58
Muy buen artículo del profesor Maldonado, siempre es bueno divulgar los trabajos de conservación y rescate, muchos saludos
> Gonzalo Ramírez dijo: 10 de Noviembre de 2011 a las 23:43
Me parece muy importante que se difundan este tipo de informaciones, que se dé cuenta que en Chile existe un grupo notable de profesionales agrupados en la Cineteca Nacional. Felicito a Gabriel por su trabajo que tuve la suerte de conocer en el Re-Estreno de Phantom con música de Gunther Buchwald. Tuve la oportunidad de ver una copia de la versión alemana y realmente la copia chilena es muy superior, nuevamente Felicitaciones.
> fátima sime dijo: 10 de Noviembre de 2011 a las 14:46
mi comentario es para subrayar la magnífica escritura del artículo: para una cinéfila como yo fue un agrado leerlo.
> Pamela Sánchez Nieto Representante en Chile de la Escuela de Cine y TV San Antonio de los Baños-Cuba dijo: 10 de Noviembre de 2011 a las 12:41
Deseo felicitar la labor desarrollada por la Cineteca Nacional de Chile, que con esta restauración merece un reconocimiento que trasciende las fronteras de Chile.
También es pertinente y necesario hacer un reconocimiento la labor profesional que se evidencia detrás de la recuperación de esta joya del cine universal, me refiero al trabajo desarrollado por el restaurador don Gabriel Cea, quien no sólo ha restaurado la materialidad de la obra cinematográfica, sino ha reconstruido con su investigación teórica una forma de hacer cine que hasta el momento nos era desconocida.

Felicito también el aporte del redactor de este artículo, pues deja un registro para los estudiosos del cine, que por su didáctica presentación y buen estilo de redacción se convierte este en un documento de inapreciable valor.

Por el valioso aporte que hace la la Cineteca Nacional al cine Universal y por la generosa dedicación en la restauración de esta obra cinematográfica. Reciban mis felicitaciones.
> Álvaro dijo: 10 de Noviembre de 2011 a las 09:58
Vi Phantom, en el Festival de cine recobrado en Valparaíso, pienso que es un gran esfuerzo por dar a luz, las películas de los grandes maestros del cine.
Específicamente en lo que se refiere a Phantom, uno puede palpar la gran fuerza creativa y expresivo del lenguaje audiovisual, angustiando al espectador por las dimensiones y movimiento de las escenografías sobre el protagonista, todo esto complementado magistralmente con los teñidos de rojo intenso en la escalera circular, o cuando al protagonista le exigen devolver el dinero y caminando durante la noche vemos que los edificios caen sobre él.

Un gran trabajo de restauración, respeto e investigación por las características originales del soporte, que fundamenta plenamente, el trabajo y existencia de la Cineteca Nacional de Chile.
> Tito Gonzalez Garcia dijo: 10 de Noviembre de 2011 a las 09:44
El trabajo de memoria tiene en Chile un gusto amargo ligado a las condicones
de nuestro pasado politico.

Desgraciadamente no existe otra palabra para referirse a la conservacion
de las obras producidas por los que ya no estan y que participaron
al nacimiento de una nacion (parafraseando a Edward H. Griffith).

En materia de Cine, como en materia de arquitectura, Chile sigue incomodado con la palabra "Memoria", puesto que la sociedad misma no ha encontrado necesario dedicar un interes particular por nuestro pasado.

Por mas extraño que paresca, el futuro parece ser el unico garante de la constitucion del pais.
Nadie parece fijarse que una gran nacion es una nacion que reconoce su pasado.

La ciudad de Viña del Mar, a perdido sus mas hermosas construcciones, reemplazadas por edificios de dudoso aprecio estetico. Gran parte de las peliculas de la epoca de oro de Antofagasta se han transformado en peinetas, y hoy leemos un articulo donde esta escrito lo siguiente :
En estos tiempos, ver en una sala de cine la exhibición de una vieja película muda con música interpretada en vivo, a la antigua usanza de su época, más que una excentricidad es un verdadero privilegio."

Creo que es nuestro deber para la nacion y para nuestros hijos de participar al trabajo de conservacion de la memoria de nuestro cine yendo a ver esas peliculas.
Porque el cine esta hecho para ser visto, no para hablar de el.

Gracias por vuestra labor,
les escribo con el mas profundo respeto.

Tito Gonzalez Garcia
(disculpen los acentos escribo desde un teclado que no los tiene)
> francisco dijo: 09 de Noviembre de 2011 a las 09:54
Creo que es de los trabajos de restauración mas relevantes que se ha hecho en Chile, por que no solo compromete a el patrimonio filmico chileno, si no tambien el mundial al tratarse de una pelicula muy desconocida del maestro Murnau, me parece que la cineteca nacional esta haciendo las cosas bien y trabajando como lo hacen en los archivos filmicos del mundo, rescatar el patrimonio filmico es rescatar la memoria y la historia.
felicitaciones por el articulo
> Cristian Orellana dijo: 08 de Noviembre de 2011 a las 16:50
Excelente artículo sobre un hallazgo de importancia mundial y que, de hecho, deja en claro la relevancia de lo sucedido. Bien por resaltar y detallar el tema de los tinteados, práctica común en la época pero algo desconocida para el público moderno.
> Rodrigo Quintana O dijo: 08 de Noviembre de 2011 a las 12:45
El artículo deja muy bien expuesta la trascendencia del hallazgo que data del Chile salitrero. Sirve para dimensionar cómo la elite también en esos días tenía acceso a lo mejor del primer mundo.
También nos habla de muchas instituciones de la cultura en nuestro país que fueron fundadas sólo para mostrar logros políticos bastante anémicos, en esta lógica de mercado donde el Estado está jibarizado. Al poco tiempo de inaugurada la cineteca del centro de La Moneda, por ahí en el 2007, ya se hablaba de un desfinanciamiento.
POr todo ello, son tan valiosos estos esfuerzos de sus trabajadores en la labor de conservación y restauración que hacen, buscando asociaciones con países que sí invierten en cultura como corresponde. Otro tanto de homenaje a los organizadores del festival de cine de Valparaíso que debe ir en la 13a versión si no me equivoco.
En el 2007 tuve el honor de que mi (único) documental "Cartas a un amigo alemán" que narra la inédita fabricación de organillos en Chile fuera seleccionado para participar en ese evento.
En el certamen conocí a muchas personas que trabajan a pulso y sin los recursos ideales para rescatar joyas de nuestro patrimonio. En la semana del evento pude ver maravillas del celuloide chileno como el funeral de Gabriela Mistral, restauradas de manera magnífica.
En esta columna, se nos describe de manera muy precisa y amena cómo la pasión por el cine logra que generaciones de una familia sean depositarios responsables de gemas que son patrimonio de la humanidad y de la historia del cine, por cusualidades que al final no lo son.
Esperamos con ansía la noticia que nos entrega el cronista sobre la próxima obra de arte que podremos disfrutar en el 2012.
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