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Comedia de la demencia Ese día

Parte del Ciclo de Cine de Raúl Ruiz que se realizó en Cine Hoyts en octubre de 2005

Por Pamela Biénzobas

Ese día… ¿qué pasó ese día? ¿qué día fue ése? Aparentemente el día más importante en la vida de la inocente Livia (Elsa Zylberstein), heredera de una fortuna tal que dejará al Estado suizo y otros más prácticamente bajo su propiedad. Al menos eso anuncian las runas que consulta en esta comedia negra que lleva por subtítulo "relato helvético".

¿Qué pasó ese día? ¿O qué pasará?, ya que la acción se sitúa en un futuro cercano, en una Suiza imaginaria. Claro que la actriz cuenta que el propio cineasta comentó durante el rodaje, desconcertándolos a todos, que al fin estaba haciendo la película que quería hacer desde hacía veinte años, sobre la tortura y los crímenes de Estado en Chile. Entre los dos países no parece haber mucho más en común que la abreviación "CH" en los autoadhesivos pegados a los parachoques. Y bueno, los militares omnipresentes en sus camiones en esta Suiza inventada por Ruiz, como en el Chile de otrora.

Ese día funciona de perfectamente como una optimista metáfora política sobre el día en que el Estado quiso asesinar el candor y el entusiasmo antes de que tomara el control. Sólo que en la película no lo logra, puesto que su instrumento se torna en su contra. A saber: es a través de la locura inocente pero peligrosa que piensa llevar a cabo su plan. Como a menudo, los interesados no son quienes ejecutan el crimen sino que lo dejan en manos de alguien más desprotegido y vulnerable. En este caso de un magnífico Bernard Giraudeau encarnando al psicópata diabético Emil Pointpoirot.

Todo parte cuando a la muerte de la rica madre de Livia, su arruinada familia –encabezada por Michel Piccoli- y de acuerdo con las autoridades, decide eliminarla para evitar que herede la fortuna que incluye prácticamente todo el país y otros cuantos más. Para eso deciden soltar al loco del asilo y hacerlo creer que dios quiere que asesine a Livia. Ella lo toma por un ángel, y en cierta forma en eso se transforma para ella, protegiéndola de los demás y de paso matando a los complotadores.

Finalmente todo cae en su lugar y los policías, cuyo método consiste principalmente en quedarse en un restaurante esperando y cavilando ("Tengo una idea", le dice el subalterno al jefe. "No hacer nada"), logran imponer la ley y evitan que la vida del apacible pueblo se vea perturbada. Su quietud casi exasperante (pero al final efectiva) contrasta con la dinámica del resto de las situaciones y personajes. Ese día se construye en base a una precisa mecánica que articula el movimiento y el ritmo de personajes, cámara, acción y espacios. Los actores se desplazan ocupando o dejando vacíos los espacios, encontrándose o evitándose, para avanzar o para dar vueltas en círculos. Y finalmente son esos desplazamientos que, aparte de conferir su fresca gracilidad a la película, llevan la acción.

Hay un trabajo interesante con el dentro y fuera de campo, entre lo que se ve y lo que no. Literalmente, en el campo de la pantalla, pero también en la visión de los personajes que se esconden o buscan. Y finalmente en otro tipo de dentro y fuera de campo: el de la lógica, el del conocimiento. Los ángeles que ve Livia están fuera del campo de visión de los demás, así como el complot está fuera del campo de visión de los ciudadanos que no se imaginan lo que se trama a sus espaldas.

Uno de los elementos que permiten que la cinta fluya con tanta facilidad es el excelente trabajo de actores, especialmente de la dupla protagónica. El experimentado y carismático Bernard Giraudeau (Ridicule, Gotas de agua sobre piedras calientes) mezcla pureza y enajenación, comicidad y emoción con total soltura. Y Elsa Zylberstein, quien ya había trabajado con Ruiz, construye una Livia etérea, casi volátil.

Como casi siempre en el cine de Ruiz, el adjetivo "absurdo" le sienta bastante bien a Ce jour-là, para describir el argumento, la estructura y muchas de sus situaciones. Un absurdo agradable que le permite funcionar incluso en un nivel más inmediato, como sencilla comedia macabra que puede disfrutarse sin más. Pero detrás hay mucho más: está la puesta en escena de la maldad más mezquina, del abuso de poder y de la cruel manipulación. Pero claro, ¿qué más absurdo que todo eso?

Ce Jour-là
Francia/Suiza, 2003
Dirección y guión: Raúl Ruiz
Productor ejecutivo: Paulo Branco
Fotografía: Acácio de Almeida
Decorados: Bruno Beaugé
Montaje: Valeria Sarmiento
Música: Jorge Arriagada
Elenco: Elsa Zylberstein, Bernard Giraudeau, Michel Piccoli, Jean-Luc Bideau, Christian Vadim
105 minutos

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