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Crónicas caninas (1) En los confines de la Tierra
Para inaugurar los reportes diarios desde Cannes 2009, que en adelante será lo más nutridamente cinematográfico posible, un primer despacho más vivencial sobre un complicado comienzo de festival, por un lado, y por otro sobre el placer de acompañar el primer paso de Huacho por la Semana de la Crítica. (Foto: Cornelio Villagrán en Huacho)
Por Pamela Biénzobas desde Cannes
Hace seis años pisé Cannes por primera vez y escribí un informe para Mabuse bajo el título de Crónicas caninas (Ser simple quiltro en Cannes 2003). Con el tiempo las cosas han cambiado. He tenido la fortuna de ver como ha mejorado radicalmente mi "pedigrí" (y por lo tanto las posibilidades de aprovechar realmente el festival) que, sin embargo, y por desgracia, no ha incidido en la posición que tengo como cualquier periodista freelance ante los medios: la de un quiltro desprotegido frente a los abusos.
Lo digo porque si esta crónica comienza recién ahora, y de manera imprevista (en Mabuse siempre reservamos un informe largo y entrevistas para cuando el festival ya ha concluido), se debe a que originalmente debía despachar a diario para un matutino nacional que a último minuto se desentendió del compromiso explícito que habían asumido al pedirme la cobertura. Tratando de verle el lado positivo a una situación indignante y tremendamente perjudicial, al menos ahora podré ver lo que quiero y escribir diariamente y con libertad sobre CINE en estas páginas.
Pese a que estas desagradables "distracciones" me mantuvieron fuera de las salas de cine en estos primeros días en Cannes, se atenuaron con un tremendo placer: el jueves 14, primer día de la Semana Internacional de la Crítica, asistí al debut de Huacho, de "nuestro" Alejandro Fernández.
El "guerrero" vence en la Croisette
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| Manuel Hernández |
No pretenderé hablar de la película en términos críticos, y mucho menos "imparciales", sino justamente admitir de entrada que se trata de algo personal. Y tremendamente mabusiano. Además de ser el director un miembro del equipo, otro aspecto muy mabusiano de Huacho es que, quienes se preguntan cómo son el rostro y la voz de nuestro editor Jorge Morales, lo descubrirán en su gran debut actoral en el papel del profesor al que Manuel (Manuel Hernández) busca para denunciar a sus compañeros.
Alejandro (aka AFA, Ale, Pollo, Lulo, etc.) llevaba años con este proyecto, que pude seguir con relativa cercanía en las distintas etapas de su creación. Huacho nació con buena estrella, con un guión de oro (que siguiendo la analogía le aportó bastante plata), y acabó, como es bien sabido, seleccionado para la Semana Internacional de la Crítica. Pero el proceso recién se completa en la sala oscura, frente al público. Debo admitir que la recepción en la función de prensa organizada dos semanas antes en París (o sea con periodistas y críticos parisinos, y sin público "normal") fue bastante fría, y no sabía cómo sería aquí.
Como ya había visto la película, a la primera función, en la mañana del 14, llegué hacia el final. Pese a que en ese mismo horario se exhibían Tetro, el expectante estreno del realizador de El padrino en la Quincena, y las primeras películas de la Competencia Oficial y de Un Certain Regard, me encontré con una sala repleta. Sólo unas pocas personas salieron en los últimos diez minutos, lo que por experiencia era, sin duda, por cuestión de horarios (había un ligero retraso y las agendas suelen ser apretadísimas en Cannes. Y por otro lado, el que se va a ir de Huacho lo va a hacer antes de la mitad.)
Luego vino el encuentro de Alejandro Fernández y el equipo con un público fascinado, conducido por el seleccionador Pierre-Simon Gutman y el director artístico Jean-Christophe Berjon, hispanohablante y muy buen traductor (aunque no superó el desafío de traducir al actor Cornelio Villagrán, y luego de ponerse blanco tratando de entender su respuesta, le pasó el micrófono al productor Bruno Bettati para que se las arreglara él). La realidad social, las diferencias de clase, de generación, la luz de ciertas escenas, el significado de la palabra "huacho" (Berjon había agregado en el catálogo ciertas acepciones de otros países, como guerrero o un surco en la tierra, abriendo aún más las interpretaciones), pero también las opciones narrativas y de montaje animaron un intercambio que tuvo que parar para que pudiera comenzar la siguiente función.
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| Alejandra Yáñez |
La magia del encuentro entre el campo profundo chileno y el mundo casi irreal de Cannes, que permitió no sólo a los realizadores, sino también a los actores primerizos Cornelio Villagrán y Alejandra Yáñez estar en un escenario conversando con un público internacional, puede resumirse en la fórmula que utilizó Villagrán para explicar sus impresiones al decir que esperaba "llegar bien a mi patria para contar todas las maravillas que he visto en los confines de la tierra".
Entre ellas el almuerzo en el yate del canal Arte (participante de la película), más presentaciones, más un concurrido cóctel en la villa de la distribuidora de Huacho en Francia, Sophie Dulac, más eventos y almuerzos… y las entrevistas, las sesiones de fotos, las muy buenas críticas internacionales, la más de media página consagrada por Libération a la película, mucho más destacada que la de competencia oficial (lo que tenía impactada a la gente de la Semana de la Crítica, que asegura que hace años que el influyente diario francés no les dedicaba una sola línea)… y la genial constatación de que el centro y los confines del mundo son totalmente relativos, y que una película tremendamente honesta ha puesto a San Carlos y Chillán en el centro del mapa.
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