Estimados colegas:
Antes que nada quiero señalar que el incidente con Ernesto Ayala en la función de prensa de El huésped, lo recuerdo como un episodio patético. Sólo quiero aclarar que lo citado por Ayala como una conversación me pareció, y aún lo estimo así, una bravuconada virulenta, por el tono y la forma. De hecho así se lo manifesté: "Ernestito, qué onda por qué tanta violencia". Para que agregar que tan enconada defensa de las supuestas virtudes de Se arrienda dista del habitual trato entre críticos de cine. He discutido con especialistas de otras latitudes y diversas publicaciones como El amante, Positif, Cahiers du Cinema y Sight & Sound y jamás la vehemencia en los argumentos se basó en la descalificación.

No me interesa continuar el "diálogo" con Ayala sobre <strong>Se arrienda</strong>, es una película que no da para tanta controversia; y esa es la libertad que otorga la pantalla grande y el análisis acerca de las luces y sombras proyectadas sobre el telón. Por favor, veamos las películas con los ojos abiertos. En el futuro, cuando mis impresiones y análisis molesten a los directores nacionales -me ha ocurrido en el pasado y seguramente sucederá en el futuro- espero que sean los propios cineastas quienes abran los fuegos y no tener que, intempestivamente, dar "explicaciones" a un colega que se siente ofendido por una crítica de cine. Qué ridiculez.

Atte,

Leopoldo Muñoz