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A punto se estrenarse "La sagrada familia" en París (con elogiosas críticas de medios como la Cahiers du Cinema), publicamos la segunda crónica de su director Sebastián Lelio mientras continúa la beca –conocida como La Résidence- que otorga la fundación que organiza el Festival de Cannes a seis directores de todo el mundo para que durante cinco meses escriban un guión contando con la opinión y asesoría de destacados cineastas. El siguiente texto es un encuentro que el realizador tuvo con Gaspar Noé, director de Irreversible.

Por Sebastián Lelio

Lo primero que hice cuando supe que Gaspar Noé vendría a tomar té con nosotros a la residencia fue esconder los extintores. Imposible sacarse de la cabeza la violentísima escena de Irreversible, en la que un tipo es asesinado a golpes de extintor en pleno rostro, hasta quedar desfigurado.

Los dos largometrajes que Noé ha hecho me gustan mucho. Mi favorito es Solo contra todos (1998), un poema sobre la miseria del alma humana. Aunque no puedo evitar sentir una profunda simpatía por el ultra punk Irreversible (2002).

Como suele ocurrir, la violencia y agresividad de las películas no parecen tener relación con la amabilidad de sus gentiles directores.

Gaspar Noé es un tipo simpático y generoso. Estuvo 4 horas hablando con nosotros y respondió a todas nuestras preguntas con gran paciencia. Todo en inglés a pesar de que habla un español-argentino perfecto.

Las opiniones ante su cine estaban divididas entre los 6 directores que estamos en la residencia. Aunque todos concordábamos en que Solo contra todos es una película potente y poseedora de una belleza perturbadora.

Por todos los inteligentes análisis que había leído sobre sus películas, pensaba que Noé era un cineasta súper intelectual, con toda una serie de teorías justificando cada una de sus decisiones estéticas. Pues no. Es un director completamente intuitivo, o al menos eso es lo que su conversación parece sugerir.

Le pregunté sobre la idea detrás de la famosa escena de violación de Irreversible, en la que Monica Bellucci es atacada por un monstruo humano en un túnel peatonal parisino. Esa escena siempre me pareció muy interesante.

Irreversible

La cámara está ubicada a una cierta distancia de los personajes, como si fuera la mirada de un testigo cobarde que no se atreve a salvar a la víctima (o no quiere hacerlo). Es un plano de varios minutos, sin corte, en el que se siente con toda verosimilitud el tiempo y la "respiración" de una violación. En un momento, la cámara muestra a un personaje que entra por el extremo opuesto del túnel y ve lo que está ocurriendo, y duda si intervenir o no. Y luego opta por retirarse en silencio, dejando a la bellísima Bellucci abandonada a su terrible suerte. ¿Intervenir o no intervenir? Esta parece ser una pregunta que atraviesa toda la elocuente escena.

Entonces, luego de que la violación ha terminado, la Bellucci, que ha estado todo el tiempo con su rostro hacia la cámara, se da vuelta lentamente y comienza a arrastrarse, ofreciendo su culo perfecto al espectador, esto durante un espacio considerable de tiempo.

Y sobre este punto era mi pregunta. ¿Fue esto intencional? ¿Quería usted poner en aprietos al espectador, al hacerlo desear, como si este fuera un violador, el vulnerable cuerpo de la víctima?

A lo que Noé respondió que sencillamente no es algo que él hubiera pensado o planeado, sino que tiene más que ver con que Monica Bellucci está muy orgullosa de su cuerpo y le encanta mostrarlo. Y ésa sería toda la explicación.

Con esto no pretendo sugerir que Noé sea un tipo con suerte que no sabe lo que hace y que las películas le quedan interesantes a pesar de sí mismo. Al contrario, creo que es la demostración de que hay una inmensa distancia entre teoría y práctica. Y que muchas veces la creación proviene de zonas misteriosas, mucho más complejas que la pura construcción intelectual.

Solo contra todos

Lo mismo con respecto al recurso de utilización de textos (gráficos) en Solo contra todos. Este recurso le da una identidad muy característica a la película. Son textos que aparecen durante toda la historia (tienen un cierto sabor godardiano) a modo de separadores y también de comentarios del director, muchas veces con ideas filosóficas sobre los temas "de fondo" de la película.

Hacia el final, justo antes del clímax, aparece uno de estos textos con una advertencia para el espectador que dice algo así: "Lo que va a ver a continuación puede ser extremadamente chocante, usted dispone de 30 segundos para abandonar la sala".

Y se puede ver un contador numérico que retrocede de 30 a 0. Por supuesto, uno quiere ver más, quiere saber lo que viene. La sola idea de prohibición activa automáticamente el deseo.

¿Por qué hizo usted esto? ¿Quería nuevamente poner al espectador en un dilema moral? Ante lo que Noé sencillamente respondió: "Es un chiste, no es en serio, es sólo un chiste, pero no todo el mundo lo entendió así".

Hay un texto al final de Irreversible, que aparece luego de la sicodélica secuencia en la que la pantalla comienza a iluminar estroboscópicamente la sala. El texto dice "El tiempo todo lo destruye". Con respecto a este texto dijo que necesitaba algo que le indicara a los "cojos" de los cines que la película NO terminaba antes de esas luces estroboscópicas, que esas luces eran intencionales y no un error. Explicaba que de no haber puesto nada al final, seguramente habrían cortado el filme antes de estas luces. O sea justo después del bellísimo plano espiral del parque, en el que la Bellucci embarazada lee sobre el pasto. Confesó que se arrepiente de haber puesto ese texto, pero tampoco parecía importarle demasiado.

Contó también cómo Irreversible fue escrita en poco más de dos semanas. A partir de una idea muy básica de violación y venganza. Era un proyecto que no tenía por dónde financiarse, pero su materialización se aceleró luego de que Bellucci y Cassel aceptaran participar. Fue filmada sin ningún diálogo escrito, a partir de un tratamiento de pocas páginas.

Babak Jalali, el director iraní que está también haciendo la residencia, le preguntó (no sin cierta malicia) por su aparición en Irreversible. En la secuencia del antro gay "Rectum" se puede ver a Gaspar Noé masturbándose frente a la cámara. Y nuevamente sus razones fueron tan simples como prácticas. Noé contó que un amigo vio un primer corte de Irreversible y le dijo que la comunidad gay iba a crucificarlo porque iban a sentirse satanizados por la cinta. Entonces Noé decidió "inmolarse" a sí mismo y mostrarse como uno más de los visitantes del infernal "Rectum".

Se dice que toda buena película debe fluir y vibrar. Debe narrar su historia de manera seductora y efectiva, pero al mismo tiempo debe tener una especie de energía subterránea que ponga en tensión todo lo que la historia cuenta, haciéndola vibrar.

Para esto, por supuesto, no hay recetas, y es algo que no se puede enseñar. Las películas de Noé fluyen bien, pero sobre todo vibran. ¡Y cómo vibran! Hay algo que hace que su cine sea corrosivo y no es algo que tenga que ver, creo yo, solamente con la violencia o con las imágenes concientemente chocantes que Noé muestra. Es algo más intangible, difícil de definir, una energía corrupta que está oculta en el ADN de todas sus películas y que es lo que las hace fascinantes.

Y este es otro tema que rondó toda la conversación. La fascinación, la fuerza seductora del cine. Noé comentaba que un tiempo estuvo obsesionado con aprender hipnosis (de hecho en 1995 hizo un cortometraje llamado Une expérience d´hypnose telévisuelle).

Por esto el arranque de Solo contra todos tiene esa velocidad atrapante, que combina vertiginosamente texto, off e imágenes. "Lo que me interesa es el trance hipnótico en el que uno puede hacer entrar al espectador. Cuando uno hace una película en la que esto ocurre, uno es como un shamán, un hipnotizador".

"¿Por qué no?" fue su respuesta cuando se le preguntó por el interés que como realizador tiene hacia la pornografía (tiene en carpeta una película erótica en la que Bellucci y Cassel se negaron tajantemente a participar).

¿Por qué no reventarle la cara a alguien con un extintor?, ¿por qué no hacer el amor con tu hija?, ¿por qué no patear el vientre embarazado de tu mujer?, ¿por qué no aparecer masturbándote en tu propia película? El cine de Noé está atravesado por el problema moral. "El hombre es moral", dice uno de los textos de Solo contra todos.

Se dice que siempre que uno habla de cine, termina hablando de moral. Estoy de acuerdo. El cine es moral.

¡Muchos saludos!

Publicado el 12-01-2007

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