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Ilusiones ópticas

Cine Chileno ¿Dónde está el público?

Como estrellas fugaces, las películas más arriesgadas del año como Navidad o Ilusiones ópticas muestran su fulgor en la cartelera y se extinguen en un par de semanas. Peor aún, Huacho –que obtuvo el máximo galardón este sábado en el cada vez más inadvertido Festival de Cine de Viña del Mar- ni siquiera tiene fecha de estreno. Fenómeno que se repite y parece no tener remedio ni fin.

Por Leopoldo Muñoz

Por fin se apaga la estridente polémica en la postulación chilena al Oscar, donde la intelligentsia conservadora (no nos engañemos al respecto) adoptó como un tótem a La nana por sintonía y éxito, en una reacción espontáneamente visceral al izquierdismo que personifica Miguel Littin y su adaptación de Dawson: Isla 10. Discusión que a pesar de su autorreferencia en ambos bandos, aparece necesaria para avivar el entumecido debate de la crítica local (donde hay mayor maledicencia que argumentos), pero que también nos distrae de asuntos urgentes y vitales para nuestro cine. La interrogante que debería resonar hasta ensordecer pero que ni la crítica, la prensa o los espectadores han planteado es ¿por qué en 2009 las películas nacionales más significativas en su aporte al lenguaje audiovisual, han durado tan poco en cartelera o incluso peor, no se han podido estrenar?

Ilusiones ópticas

Sin menospreciar el aporte de La nana o la irreductible mirada sobre el pasado de Dawson, Isla 10, no son los estrenos de mayor riesgo o lucidez fílmica que se han exhibido en la presente temporada. La genuina innovación, esa que sorprende y hasta confunde, apenas pudo ser vista, pero dejó más de una huella o cicatriz en la mente de la cinefilia y/o al menos en mí.  Navidad, Ilusiones ópticas y Huacho albergan el testimonio del crecimiento de una generación de directores sub 40 que expresa una actitud y un punto de vista sobre el cine, con estilos propios en desarrollo, pero en especial sobre Chile. Son parte del más brillante futuro audiovisual y no eluden a preguntarse quiénes somos ni a ofrecer ideas contundentes que develan pasión por las imágenes en movimiento antes que el cálculo en boleterías. Aún así, son películas que tienen su público, no son aves raras ni visiones crípticas, de hecho las tres cuentan con fondos concursables criollos e internacionales, además de pasaportes timbrados por prestigiosos festivales. Inclusive Navidad acaba de tener una muy buena partida comercial con 20 copias en Francia acompañada de positivas críticas, entre ellas la publicada por Cahiers du Cinema. Sin embargo, este halagüeño panorama no fue suficiente para atrapar la atención del público nacional. Navidad (con 12 copias distribuidas) no superó las dos semanas en cartelera e Ilusiones ópticas (hasta el lunes 23 de noviembre) se mantenía con vida sólo en una sala de la capital (en horario único) y dos salas en Talca y San Bernardo, con dos funciones diarias. En consecuencia, su permanencia y visibilidad  terminó antes que el gran público alcanzará a saber de su existencia. El caso de Huacho es aún más alarmante, pues la película dirigida por Alejandro Fernández Almendras que participó en la prestigiosa Semana de la crítica en Cannes este año, todavía no tiene garantizado su estreno en el circuito local.

Huacho

El carácter crónico del fenómeno de las "salas vacías" en el cine chileno no tiene fecha de vencimiento a la vista. Lamento eterno de cineastas y productores que deriva en explicaciones circulares, donde las distribuidoras no cuentan con el poder de negociación necesario con las cadenas exhibidoras, las que limitan la estadía de las copias en cartelera de acuerdo a los números iniciales de los primeros cuatro días. Tarde de lunes fatal, tras el conteo del borderó, que se repite semana tras semana. Momentos en que, demasiadas veces, se arremete contra la crítica, en especial cuando el estreno criollo ha recibido comentarios negativos. Queja injusta, estéril y casi siempre odiosa, calificativos ratificados por mi propia experiencia en el oficio. Como crítico de Las Últimas Noticias, el diario más leído en el país, he confirmado –a diferencia de lo que creen los cineastas, productores y distribuidores-, la escasa influencia que ejerce la crítica sobre el lector/espectador cuando se trata de los estrenos nacionales. Por ejemplo, Navidad e Ilusiones ópticas las califiqué como Buena, y a pesar de las "estrellitas" no superaron los 3 mil espectadores cada una. Efecto paradójico e impredecible pues cuando califiqué de Infumable a Santos, el filme obtuvo una taquilla similar. Sin pontificar desde de un caso particular, los datos sirven de evidencia que en algún punto se rompe la ansiada conversación entre el cine chileno, la crítica y el público. Un diálogo de voces afónicas para el espectador promedio que no modifica su consumo cultural o de entretención. No fui el único crítico que pensó que las obras de Sebastián Lelio y Cristián Jiménez son un aporte importante en el quehacer audiovisual, y esa coincidencia acrecienta el desconcierto al ver la pronta retirada de los títulos de la marquesina. ¿Se acabaron las certezas en el cine y la distancia entre crítica y el público es insalvable? No creo, perder la fe en el cine y finalmente en nuestra mirada resulta tan asfixiante como le ocurre al ciego de Ilusiones ópticas. Pero la sensación de apostar y perder, por qué siempre es un riesgo calificar una película chilena, nos cuestiona –o al menos eso se espera del ejercicio crítico- y nos remite al viejo mito de la genética desconfianza que siente el espectador por el cine nacional.

Navidad

El rechazo a la industria nacional, podría pensarse que es un síntoma característico en cada país, pero si se toma en cuenta a grandes productores audiovisuales latinoamericanos como Brasil y México aparece como falaz el supuesto desprecio espontáneo por lo propio. En India, el mayor mercado cinematográfico del mundo, el consumo interno es el corazón de la industria. Idéntica situación a la de EE.UU., donde el público mayoritariamente prefiere el producto hollywoodense y donde la cinematografía en lenguaje foráneo se reduce al circuito alternativo. Entonces, el caso chileno se manifiesta fratricida respecto a su cine. En comparación con otros productos, si existe una discriminación en contra del audiovisual. Nadie se atrevería en público a desestimar las bondades del vino chileno frente a un caldo extranjero o a preferir el pisco peruano en vez del brebaje de la cuarta región. Y no sólo es cuestión de marketing o chauvinismo. Cuántas veces se escucha la añeja letanía de "no veo películas chilenas" y se aducen razones políticas, abuso de groserías, lentitud, incredulidad o simplemente desidia.

Frente a esta molestia innegable, y tal vez inexplicable, que experimenta el espectador, la única actitud posible es concretar el manoseado sueño de la "formación de audiencias", discurso que hasta ahora sólo tiene su eco durante los "días del cine" y durante la entrega de galardones como el Pedro Sienna. Para este desafío a largo plazo es indispensable integrar al Estado y a los particulares, si se busca transformar al audiovisual en una fortaleza económica con potencial exportador. Sin aumento de la demanda de nuestras películas, el notable crecimiento del rubro en producción, escuelas de cine, festivales y plataformas puede devenir, por torpeza y negligencia, en un mercado donde hay más realizadores que público.

Preguntas al cierre...

  • ¿Por qué se obliga a leer en el colegio a escritores chilenos y no se realiza actividades similares con nuestro celuloide? Es la edad perfecta para inocular la ansiedad por el cine.
  • ¿Influye en el trato de las películas chilenas que Hoyts haya comprado Showcase, y así existan menos sujetos negociadores en la exhibición?
  • Las distribuidoras, que son quienes "alimentan" de oferta a las exhibidoras, ¿no podrían pelear paquetes de exhibición que incluyan filmes chilenos, con lapsos de exhibición determinados?
  • La imposibilidad de resguardos estatales, como cuota de pantalla, para la producción nacional, ¿será eterna debido al TLC con EE.UU.?

 

> mario dijo: 30 de Junio de 2022 a las 19:54
el cine chileno es pretencioso juntan un poco de financiamiento y se largan a hacer una pelicula al lote, ansiosos de pasar a la historia mandan su mensaje politico-social sin asco, siempre bailando al compas de la moda, ecologico feminista verde lgbt animalista cualquier lesera de moda tiene cabida, como no pagan guionista el resultado es un bodrio que con suerte van los familiares a ver la "magna" obra. Viven de leyes especiales de fomento a la "cultura" por la cual todos los trabajadores terminamos financiando sus mamarrachos.
> eduardo carmona dijo: 10 de Diciembre de 2009 a las 17:57
La falta de publico se debe a muchas razones. Una de ellas, a mi juicio, es la referente al marketing. Si hacemos una pelicula aqui en el estudio, el % de la inversion en marketing es 50% del costo total. El asunto es generar el momentum para atraer una enorme atencion de la gente. Una vez que la pelicula se estrene y la critica la apoye o no, se cumplirian dos cosas; se recuperaria la inversion inicial, y se generaria ingresos. Eso es el resultado del marketing. Tambien a el publico se llega no tanto con copias sino con incentivos, artistas y prductores en conferencias, presentaciones, entrevistas etc. Marketing.
Pienso que en Chile el tema no se aborda con la claridad economica y la seriedad que necesitan los proyectos. El poner una pelicula en un cine no significa nada hoy en dia.
Por otro lado la intervencion del estado en el cine es un arma de doble filo. Por un lado entrega un flujo de capital a la produccion con rivetes de donacion, al parecer, y en esto tal vez tu me puedes confirmar , en Chile la plata estatal no se devuelve. Si consideramos lo anterior, la produccion podria tomar un rumbo distinto al que un capital privado injectaria en terminos de calidad. Quiza sea esa una de las razones de el por que la calidad de la pelicula fluctua mucho; el % de aporte estatal/privado prima en la calidad final del producto. En este ejemplo el merito esta en ganar el concurso para hacer la pelicula una vez hecha "que importa si es buena o mala." Bajo ese aspecto lo que surge son los egos y el contacto o influencias que uno puede tener en la comision o jurado. Quien pierde en esto? el publico.

Ejemplo de lo anterior. Prat. En una revista de cine (On/Off) el director declaro que el costo de la pelicual, U$3.0 Mill estaba donado por la Armada ( en el fondo dinero estatal). En el mismo comentario, el mismo Director declaraba que construyeron un barco escala 1:1 de la Esmeralda y una replica navegable. Lo tragico es que la Esmeralda se hunde. Por lo menos asi dice la Historia, no se el guion de ellos. Si la version navegable costo, segun el director casi U$1.0 mill la pergunta es: Como diablos no utilizaron CGI en vez?
Por otro lado, una verion de Canal 13 sobre Prat fue filamada con CGI/ Green screen en estudios y salio mejor que la "version real." La critica la apoyo y aun ahora se habla de una excelente version de Prat.
El cine chileno necesita mejores productores, mejores tecnicos y un enfoque mas comercial. Por que con el dinero la inversion se recupera, la gente obtiene mas opciones, se profesionalisa el medio y se atrae talento internacional. el publico gana.

mi email es:

lecd67@yahoo.com
> Jocelyn Diaz dijo: 10 de Diciembre de 2009 a las 00:29
Te doy absolutamente toda la razón. El cine es un negocio, al igual que todos. Pero entonces.... a que atribuimos la falta de público? a que nos dedicamos mejor? A ganar mas billetes y asi seguir prestando mas billetes, para hacer mas peliculas para recobrar esos billetes?
Quizás, mi pensamiento es muy utópico y rebelde, considerando mi edad y lo novata que soy en el tema, y puede que esté pecando de ingenua, pero así como decías que una de las funciones del cine, y de la televisión en sí es entretener, que pasa con lo nuestro? que precio le damos a nuestro trabajo? Por qué La Nana es tan vista en EE.UU y aquí estuvo mas tiempo en cartelera solo por su nominación, pero su taquilla paso sin gran gloria como otras tantas?
Esto no es una crítica a los hacedores de cine, ni a directores ni guionistas, es mas bien una crítica social, viéndolo desde un punto de vista espectador y futuro realizador.

Humildemente claro...

Saludos Eduardo..

Ps: Gracias por leer los comentarios de una pequeña y dispersa audiovisualilla.....
> Eduardo Carmona dijo: 09 de Diciembre de 2009 a las 14:46
En respuesta a Jocelyn,

Me intereso leer tus comenatrios sobre el estado del cine chileno. Son varios los puntos que tu tocas. Me dentendre en lo que al entretenemiento se refiere. Trabajo en USA en un estudio, NLC dependiente de WB. La produccion se centra en peliculas que entretengan y que produzcan dinero rapido. Ejemplo de ello son Friday 13th, Final Destiantion etc. El negocio, en esto soy enfatico, el negocio del cine es como cualquier otro. Inviertes y necesitas recuperar tu dinero. En el proceso existen muchas maneras de dirigir el flujo del mismo, una de ellas es concentrace en el contenido de la pelicula. La audiencia es el rey en este ejemplo y en base a eso se moldea la pelicula que es el producto final. Una vez que se determina eso la pelicula tiene green light.
Te explico eso por que mucha gente no sabe que detras de las peliculas existe un enorme grupo de gente que trabaja con dineros prestados y que tiene que responder por ellos. En suma la pelicula tiene que atraer gente.
Por otro lado las peliculas que tienen un contenido mas "artistico" toman mas tiempo en ver la luz del dia ya que el riesgo es mas grande debido a que la audiencia en mas reducida. Muy poca gente financiaria peliculas de esta indole.
Tal vez en Chile pega mas una pelicula producida en forma independiente y con capital privado y dirigida a una audiencia mas amplia que una pelicula artistica con una audiencia pequena y con capital estatal.
La diferencia la hace el director, el productor y el guionista. Si el equipo quiere hacer una pelicula con elementos que sean balanceados entre artistico, tematicos y generales la pelicula puede ser un exito.
Lamentablemente, muy pocas veces se dan las condiciones necesarias para que un team asi, con miras de altura, con un alto contenido de entretenemiento y con un amplio balance de arte se una y genere una buena pelicula. Un ejemplo de ello es The Lord of the Rings. La productora NLCinema no ha podido salir del abismo que se metio en temas de dinero y distribucion, es por ello que hace (produce) pelicuasl rapidas (fast cash) para pagar los gastos de financiamiento y funcionamiento. Talento hay mucho, lo dificil es juntarlo.
Gracias y sigamos en contacto.

Ed
> Jocelyn Diaz dijo: 30 de Noviembre de 2009 a las 13:25
Soy una joven estudiande de Com. Audiovisual, cinefila de pequeña y amante del arte chileno, y la verdad, esta minúscula presentacion de cine en nuestras salas es preocupante y por sobre todo, desmotivante. ¿Estamos realizando solo cine para festivales, o queremos marcar un sonrisa o conmover a algun santiaguino esceptico con alguna obra? Y la pregunta es recurrente en mi cabeza cada vez que deseo ver una pelicula y ya no está en cartelera. Es el caso de Navidad e Ilusiones Opticas. Llegué a la sala de cine y tuve que ver otra pelicula porque dos semanas despues del estreno ya no estaban disponibles. Mi sorpresa fue aun mayor cuando en la boleteria del Cine Arte Normandie el propio boletero me mencionó que sacaron Navidad de cartelera a solo dos dias de exisivicion porque no recaudó al publico (o dinero? ) esperado... ¿Es posible que no seamos capaces de apreciar nuestro trabajo?.

A pesar de mi juventud, recuerdo aquella decadente crisis de mano de obra chilena. Los precios por artesanías chilenas se excedieron por las nueves y no quedaba de otra que conseguir cosas exportadas. ¿Estará pasando lo mismo con nuestro cine? ¿O seguimos estigmatizados con películas como Azul y Blanco, Taxi para tres y el Chacotero sentimental? Y es en esta ultima pelicula en donde me quiero detener. ¿Es falta de consecuencia mencionar que la ultima version del Chacotero tuvo mayor concurrencia que nuestra premiada La Nana... o nuestra elogiada a la estatuilla Dowson? Hay un conflicto central en esto. Y es que la gente no quiere cine que lo haga pensar, no quiere cine estremezca las conciencias, Quiere solo relajarse, subir si es posible los pies en las butacas delanteras y reirse o asustarse un rato. Solo entretencion. Hoy en dia las salas menos transitadas son las de cine arte. Lugar amado para estudiantes de artes. Aquellos que saben apreciar el trabajo y esfuerzo de otros.
El otro dia un taxista me pregunto por que en Chile no se hacían películas con mas contenido, por que todas se limitaban a los garabatos, al sexo y a historias sin mayor sentido. Esto sucedió mientras se acababa de estrenar La Nana y Dowson. ¿Falta de información? No lo creo. La gente simplemente cree que todo es igual, y cabe mencionar también que no tenemos una alta reputación por el trabajo nacional. Creo que es por ahi donde se tiene que mover el buque. Demostrar que Chie está haciendo buen cine, que se puede hacer un producto de calidad, algo diferente, y que por sobre todo no tenemos nada que envidiarle a los extranjeros holliwoodenses. No por nada somos los Jaguares de Latinoamerica.

Saludos!
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